Mostrando entradas con la etiqueta sentimientos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sentimientos. Mostrar todas las entradas

jueves, 10 de mayo de 2018

ESTO NO SE ENSEÑA EN LA ESCUELA



He reunido en este post lo que los niños no son capaces de materializar con palabras, bien porque son demasiado pequeños para expresarse o bien porque no tienen los recursos comunicativos para ello. Son aspectos que cualquier persona a cargo de niños y adolescentes ha de tener en cuenta. En especial los padres y madres, ya que son los pilares fundamentales de la infancia de cualquier infante o adolescente.



Mamá, Papá…

Quiero que me entendáis, porque a veces, ni yo mismo me entiendo. El mundo es un ir y venir de cosas nuevas para mí. Hazme saber que tú fuiste niño o niña alguna vez, que te encontraste en situaciones parecidas a las mías, y cómo, con el tiempo, les hiciste frente.

Explícame las responsabilidades pero de forma fácil de entender. El “porque sí” o “porque no” o “porque lo digo yo” ¿A ti te serviría si alguien te lo dice? Necesito entender el mundo, ayúdame. No hace falta media hora de explicación, quiero frases breves y simples.

No me pongas más edad de la que tengo, ni tampoco menos edad. Tengo la edad que tengo y no puedo hacerme cargo de ciertas responsabilidades aún, todo a su tiempo.

Tus agobios no son míos, ya llegará el día en que yo tenga que pensar en todas esas situaciones frustrantes y angustiosas. Ahora solo necesito llenar mi mente de imaginación, ilusiones y sueños. Déjame disfrutar de estos años de inocencia.

Ponme límites, porque si por mi fuera lo querría todo. No seas permisivo/a conmigo, si me lo consientes todo cuando sea más mayor no toleraré el “NO” y me frustraré sin motivo. Tengo que aprender a valorar las cosas, a que todo esfuerzo bien hecho tiene su recompensa.

Mi noción del paso del tiempo no es la misma que la tuya, ni pretendas que lo sea, ya que el esfuerzo será en vano, tú vives mucho en el mañana, mi visión del futuro no va más allá del momento que estoy viviendo ahora.

No me digas que “si estudio cuando sea mayor podré ser lo que quiera”, no servirá de mucho, ya que bien sabes que igual cuando sea mayor prefiero dedicarme a otra cosa bien distinta a lo que digo ahora. Aún tengo un largo camino que recorrer en mi autoconocimiento, no me conozco suficiente como para decidir mi futuro. Motívame y dime la importancia que tiene para mi pasar de curso e ir dando pequeños pasos para aprovecharlo en mi presente. Recuérdame la importancia que tiene aprender para saber más cosas sobre el mundo que me rodea.

No soy igual que nadie, no me compares con mis hermanos/as, con mis amigos/as, compañeros/as o incluso con hijos/as de conocidos/as. No hemos vivido lo mismo, no tenemos los mismos valores, ni nos hemos criado con la misma familia. Nuestra personalidad es diferente y no pretendas que actúe igual.

Cuidado con ponerme etiquetas. No soy torpe, ni vag@, ni tont@, ni bob@… He actuado alguna vez con torpeza, quizás en ocasiones no tenga ganas de hacer mis responsabilidades, puedo actuar con cierto desentendimiento, y puedo parecer despistado o incluso que me evado y cometo errores, pero eso forma parte de cualquier experiencia humana. Sé que lo dices sin querer, pero al final me lo creeré, porque todo lo que tú digas de mi me importa demasiado.

No me quites todas las piedras de mi camino, porque el día que me encuentre rodeado de ellas no sabré que hacer y siempre dependeré de ti o de alguien que como tú me las quite el resto de mi vida. Sé que quieres que me vaya todo bien, no quieres que sufra y quizás tener lo que tú de pequeñ@ no tuviste, pero eso no me ayuda en mi crecimiento personal. Necesito caerme y volver a levantarme, necesito sentir lo que es errar para no tomármelo como un fracaso sino como un aprendizaje.

Quiero que seas mi mejor ejemplo a seguir. No tengo a nadie más de referencia, porque yo convivo contigo y eres mi pilar fundamental. Lo que tú haces yo lo veo, lo tomo de muestra y lo copio. Tus palabras, tus gestos, tu manera de desenvolverte en el mundo, es lo que yo al final tomaré como natural y parte de mi entorno.

Sé que quieres que sea el/la mejor de todos, que triunfe, que pueda hacer de todo, pero a todos no se nos dan bien las mismas cosas. Poténciame aquello que ves que se me da bien, ya que si me propones quizás no esté preparado/a para decir que “no” y me dejo guiar por las proposiciones que tú crees conveniente. ¿A ti te gusta todo? No, ¿verdad? A mí tampoco, por favor ayúdame a encontrar la motivación en lo que hago.

Aún soy pequeño/a y moldeable, aprovecha para enseñarme el valor de las cosas, a ver el lado positivo de lo que nos rodea. Enséñame nuevas alternativas de comportamiento, de actitudes y respuestas ante situaciones cuotidianas que nos suceden. Algún día seré mayor, algún día seré como tú, pero recuerda, no seré igual, o eso espero, porque tendré que adaptarme a nuevos medios.

Interésate por lo que me gusta, por lo que me divierte y lo que me motiva, al final es lo que me hace estar alegre y te ayuda a conocerme. Ayúdame en aquellas cosas que no entiendo, necesito saber que tengo a alguien a quien preguntar. Tú también no entenderás cosas y cometerás errores, se el mejor ejemplo que me das y enséñame a pedir “perdón” y rectificar.

No intentes comprar mi cariño con cosas materiales, lo único que tiene valor en mi vida es pasar más tiempo contigo. Sé que trabajas, que estás cansado/a, pero busca un hueco para estar conmigo, porque relacionarme con mi familia y con otra gente es lo que realmente me enriquece. Lo material es pasajero pero los momentos que podemos vivir juntos los puedo recordar toda la vida.

Háblame de ti, dame confianza para contarte cómo me siento o lo que me sucede. No sé con quien hablar, mis amigos/as tienen mi edad y no me pueden ayudar con problemas emocionales, así que solo puedo recurrir a ti. Si no estás abiert@ o no sabes cómo, dame la opción de recurrir a alguien, porque lo que me sucede ahora, mis miedos y problemas pueden afectar considerablemente en mi desarrollo psicológico.

A veces se olvida que todos hemos sido más jóvenes y nuevos en este mundo lleno de sensaciones externas e internas que tenemos que saber interpretar. Y se olvida que estas cosas no se aprenden en la escuela…

sábado, 21 de enero de 2017

EL DÍA QUE CONOCÍ A UNA EXTRAÑA

Un día me desperté, y cuando fui al baño una extraña me miraba desde la otra parte del espejo…

¿Quién eres? – le pregunté.
Soy tú – me dijo con cara de asombro.
No, tú no eres yo… Yo soy diferente.
¿Diferente? Recapacita, no estás igual que siempre.


Me sentía confundida… ¿realmente esa era yo? No puede ser…


Los días siguientes fueron más raros porque esa extraña aparecía cuando menos lo esperaba y sentía que me perseguía por la calle, en cada reflejo, en cada fotografía... Me sentía incómoda, me sentía fuera de lugar…
Siempre que le dirigía la mirada, me hacía malas caras, su aspecto era lúgubre y sin vida, solía mirar al suelo, y además ella iba a la suya, como si el mundo no importara, como si yo no le importara… En ocasiones la veía más ausente, incluso triste, como si fuese a llorar de un momento a otro.

Los días se volvieron grises...

¿Esa extraña era yo?

¿Cuándo me había convertido yo en esa persona?

No podía creerlo… yo no quería estar así.

Entonces empecé a trazar un plan. Si esa era yo, o al menos la extraña insinuaba que lo era, le daría una vuelta de hoja para que fuese más lo que yo quería ser.

Oye. – le dije.
No me molestes. – me contestó de mala gana.
Me gustaría ayudarte.
¿Ayudarme? ¿Para qué? No servirá de nada.
¿Qué te ocurre?
Y a ti que te importa…
Dime ¿cómo te sientes?
¿Me ves con cara de querer hablar?
Creo que sería interesante.
No soy una persona interesante, así que pierdes el tiempo.
Pues yo sí que lo creo y además si no hicieras esas muecas de asco te podría ver la sonrisa alguna vez.
No me hace ninguna gracia esta broma.
Te hablo en serio.


Y tanto que lo hacía… Así que insistí y le insistí varios días. Ella era muy testaruda, cabezota y negativa. Se pensaba que tenía las ideas muy claras, pero a la mínima yo se las desmontaba. Tanto estuvimos hablando que terminamos por conocernos bien y se convirtió en mi mejor amiga.

Entonces, ella cambió…

Bueno, en realidad, las dos cambiamos, y nos lo pasábamos en grande. Nunca había tenido una amiga tan sincera y comprensiva.

Sin embargo, un día me levanté, miré en el espejo y ya no estaba.

En su lugar estaba mi reflejo…

Tuve entonces una sensación extraña…

¿Quién fue realmente? ¿Era yo?

Empecé a echarla de menos, no a la triste y apagada extraña, sino a la alegre y decidida que había conseguido llegar a ser.

Entonces, miré en el espejo, sonreí...

Y la vi…



¿Te ha gustado? Cuéntamelo en redes sociales: Twitter @psicologaribes y Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google +. También es bienvenida tu opinión abajo en comentarios :) Que tengas un buen día.

martes, 1 de noviembre de 2016

COMPLEJOS DE AUTOESTIMA: Gigantes, enanos y fantasmas

A estas alturas quizás estás cansado de leer post sobre autoestima, porque la verdad los hay para parar un carro. La verdad es que solo con poner “autoestima” en Google te puede aparecer una buena definición de ello. 

Ya vimos en el artículo “10 BENEFICIOS DE QUERERSE A UNO MISMO” la cantidad de aspectos que nos aporta el apreciarnos y valorarnos a nosotros mismos, y además vimos en “10 PASOS PARA QUERERTE MÁS” cómo cambiando pequeños aspectos de tu vida y tomando ciertas decisiones puedes emprender el camino al amor propio.

Es por ello que no me voy a detener a explicar el concepto de “autoestima”, aunque aún existan personas que crean que quererse a uno mismo es sinónimo de soberbia o egocentrismo, por ello es importante saber diferenciar una alta autoestima de una sana autoestima.


Hoy os traigo algunos de los complejos de autoestima más frecuentes que nos podemos encontrar: ¿En alguna ocasión te has sentido identificado/a con alguno?
  • El gigante de papel: es aquella persona que siente que está por encima de los demás y que además cree que es su obligación estarlo para que no se le suban a la chepa. Se siente un gigante, capaz de convencer a cualquiera con su don de gentes. A ojos de los demás, es el rey del mambo, parece tan duro como una barra de hierro, pero en realidad es tan frágil como el papel, ya que detrás de esa coraza tiene miedo a sufrir y no acepta que las cosas realmente le afectan más de lo que piensa.
  • El enano de piedra: persona que siente que todo lo que hace nunca es suficiente, a primera vista parece tan frágil como el papel de seda, pero realmente tiene mucho por dar y es tan duro como la piedra. Ha vivido tantas duras experiencias que se siente insignificante, un enano que continuamente se compara con los gigantes, adorándolos como dioses a los que admirar o incluso complacer.
  • El fantasma sin invisibilidad: es aquella persona que pasa desapercibida en cualquier situación, su comunicación no verbal (gestos, forma de hablar, ropa, postura, etc.) da a entender: “no me tengas en cuenta”. Sin embargo, le gustaría que se fijaran mucho más en él/ella. Suena contradictorio, ¿verdad? El fantasma no da los previos pasos por miedo a lo que puedan pensar de él, se siente como si no existiera, que su información no cuenta, pero lo que no sabe es que es él mismo quien contribuye a alejarse y se cohíbe a participar de los echos.
Nosotros no nos sentimos enanos, gigantes o fantasmas porque sí. La sociedad está continuamente inclinándonos a través de la publicidad hacia estereotipos de personas “ideales”: personas fuertes y decididas a las que, a pesar de las calamidades siguen adelante como si nada, y esto provoca que nos comparamos mucho más con los demás: “mira que cuerpo que tiene esa”, “mira qué bien que habla ese”, “que facilidad que tiene para hacer amigos”, “qué envidia, si es que todo parece que le sale bien”, “no sé cómo lo hace pero tiene a todos a sus pies”, “tiene trabajo y yo no”, “tiene amigos y yo no”, “tiene pareja y yo no”… Pero hay que tener criterio propio y pensar que auto-criticándose uno mismo lo único que se consigue es tirarse piedras y echar por tierra todas sus virtudes.

¿Y si todo el tiempo que dedicamos a compararnos con otras personas lo dedicásemos a mejorar la forma en la que actuamos, pensamos e interpretamos las cosas?

¿Y si buscásemos oportunidades en lugar de fracasos?

Cuéntamelo en redes sociales: Twitter @psicologaribes y Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google +. También es bienvenida tu opinión abajo en comentarios :)

lunes, 25 de abril de 2016

PERDÓN POR LLORAR

“Los/as niños/as mayores no lloran”, “No llores que estas feo/a”, “Los hombres no lloran”, “No es nada, no llores por eso”, “No te enfades”, "Si tampoco es para tanto", “Big girls don’t cry”, “El que sonríe en lugar de enfurecerse es siempre el más fuerte” (Proverbio chino)…


Escuchando las frases anteriores, parece que al final tengamos que pedir perdón por sentir, porque mostrarse tal y como nos sentimos será sinónimo de inferioridad. ¿Tú que opinas?

Me da la sensación de que en nuestra sociedad acciones como llorar o enfadarse están mal vistas. Son clasificadas como “negativas”, pero lo que no sabemos es que privarnos de ellas es privar una parte de nosotros.

Sentir la necesidad de expresar las emociones y no hacerlo, es poner el freno a un coche que va a 200 por hora, y esto tiene sus consecuencias... explotar como una olla a presión. No solo ocurre con la tristeza o la ira, en ocasiones, ocurre incluso con la alegría. Hay personas que llegan a pensar que “no se merecen estar bien”, y cualquier atisbo de alegría lo ocultan, por el miedo a ilusionarse… Y esto, como no, provoca un gran malestar interno.

A consulta llegan muchas personas que les avergüenza llorar delante de los demás por miedo a mostrarse débiles o incluso para que las otras personas no se preocupen. Pero lo que no saben es que aguantarse no es sinónimo de fuerza. Somos humanos, y el llanto es una forma de liberación.

Que nadie te convenza de que llorar y/o enfadarse no sirven de nada. Ya que son parte de un proceso, que bien puede ser un duelo, un conflicto interno o externo no resuelto, una situación delicada, o simplemente, tan sencillo como que nos han o nos hemos hecho daño.

Las personas somos emociones y es importante expresar para poder pasar ese proceso de forma sana. La escritora Concepción Arenal (1820) ya decía que “el llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no se pueden decir con palabras”. Porque cuando no te permites soltar, es cuando ese sentimiento se puede transformar en tu peor enemigo: una emoción tóxica.

Parece que se cree que los psicólogos pretendamos que las personas vivan en un mundo “Happy Flower” con frases motivantes, expresando solo las emociones positivas, todos sonriendo, contentos y corazoncitos que salen de los ojos (“Positivismo: ¿Don’t worry be happy?”)… Pero no, somos realistas, y sabemos que las personas que buscan terapia lo que quieren es sentirse escuchados, entendidos y acompañados en su proceso, y no quieren oír las frases del principio que, tal vez, han estado escuchando toda su vida.

No podemos evitar sentir lo que sentimos cuando algo nos sucede, así que no te "obligues" a sentirte bien machacándote con frases como "debería estar bien" o "no tendría que quejarme". No hay que auto-engañarse de lo que uno siente. Aunque pintemos la mierda de rosa, mierda va a ser. No hay que disfrazarlo. La aceptación de una enfermedad, un conflicto sin resolver, la pérdida de algo o de alguien… Son procesos que no hay que ocultar ni disfrazar con sonrisas, sino que hay que aprender poco a poco a aceptar, y esto requiere de tiempo. 

¡Tenemos nuestro derecho a expresar los sentimientos! No nos transformemos en robots que ni sienten ni padecen.

De modo que, hoy grito a los cuatro vientos: ¡No pidas perdón por llorar! Llora, llora porque te da la gana, llora porque sientes y estás vivo/a. Siente como nunca y no te escondas. No te dejes llevar por los sentimientos, simplemente siente, que estás en tu derecho y puedes. 


Sabes que puedes seguirme en redes sociales: Twitter @psicologaribes y Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las publicaciones y mucho más. Siempre es bienvenida tu opinión abajo en comentarios :)
Copyright © 2014 Los engranajes de la Psicología

Distributed By Blogger Templates | Designed By Darmowe dodatki na blogi