Mostrando entradas con la etiqueta bienestar emocional. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta bienestar emocional. Mostrar todas las entradas

jueves, 10 de mayo de 2018

ESTO NO SE ENSEÑA EN LA ESCUELA



He reunido en este post lo que los niños no son capaces de materializar con palabras, bien porque son demasiado pequeños para expresarse o bien porque no tienen los recursos comunicativos para ello. Son aspectos que cualquier persona a cargo de niños y adolescentes ha de tener en cuenta. En especial los padres y madres, ya que son los pilares fundamentales de la infancia de cualquier infante o adolescente.



Mamá, Papá…

Quiero que me entendáis, porque a veces, ni yo mismo me entiendo. El mundo es un ir y venir de cosas nuevas para mí. Hazme saber que tú fuiste niño o niña alguna vez, que te encontraste en situaciones parecidas a las mías, y cómo, con el tiempo, les hiciste frente.

Explícame las responsabilidades pero de forma fácil de entender. El “porque sí” o “porque no” o “porque lo digo yo” ¿A ti te serviría si alguien te lo dice? Necesito entender el mundo, ayúdame. No hace falta media hora de explicación, quiero frases breves y simples.

No me pongas más edad de la que tengo, ni tampoco menos edad. Tengo la edad que tengo y no puedo hacerme cargo de ciertas responsabilidades aún, todo a su tiempo.

Tus agobios no son míos, ya llegará el día en que yo tenga que pensar en todas esas situaciones frustrantes y angustiosas. Ahora solo necesito llenar mi mente de imaginación, ilusiones y sueños. Déjame disfrutar de estos años de inocencia.

Ponme límites, porque si por mi fuera lo querría todo. No seas permisivo/a conmigo, si me lo consientes todo cuando sea más mayor no toleraré el “NO” y me frustraré sin motivo. Tengo que aprender a valorar las cosas, a que todo esfuerzo bien hecho tiene su recompensa.

Mi noción del paso del tiempo no es la misma que la tuya, ni pretendas que lo sea, ya que el esfuerzo será en vano, tú vives mucho en el mañana, mi visión del futuro no va más allá del momento que estoy viviendo ahora.

No me digas que “si estudio cuando sea mayor podré ser lo que quiera”, no servirá de mucho, ya que bien sabes que igual cuando sea mayor prefiero dedicarme a otra cosa bien distinta a lo que digo ahora. Aún tengo un largo camino que recorrer en mi autoconocimiento, no me conozco suficiente como para decidir mi futuro. Motívame y dime la importancia que tiene para mi pasar de curso e ir dando pequeños pasos para aprovecharlo en mi presente. Recuérdame la importancia que tiene aprender para saber más cosas sobre el mundo que me rodea.

No soy igual que nadie, no me compares con mis hermanos/as, con mis amigos/as, compañeros/as o incluso con hijos/as de conocidos/as. No hemos vivido lo mismo, no tenemos los mismos valores, ni nos hemos criado con la misma familia. Nuestra personalidad es diferente y no pretendas que actúe igual.

Cuidado con ponerme etiquetas. No soy torpe, ni vag@, ni tont@, ni bob@… He actuado alguna vez con torpeza, quizás en ocasiones no tenga ganas de hacer mis responsabilidades, puedo actuar con cierto desentendimiento, y puedo parecer despistado o incluso que me evado y cometo errores, pero eso forma parte de cualquier experiencia humana. Sé que lo dices sin querer, pero al final me lo creeré, porque todo lo que tú digas de mi me importa demasiado.

No me quites todas las piedras de mi camino, porque el día que me encuentre rodeado de ellas no sabré que hacer y siempre dependeré de ti o de alguien que como tú me las quite el resto de mi vida. Sé que quieres que me vaya todo bien, no quieres que sufra y quizás tener lo que tú de pequeñ@ no tuviste, pero eso no me ayuda en mi crecimiento personal. Necesito caerme y volver a levantarme, necesito sentir lo que es errar para no tomármelo como un fracaso sino como un aprendizaje.

Quiero que seas mi mejor ejemplo a seguir. No tengo a nadie más de referencia, porque yo convivo contigo y eres mi pilar fundamental. Lo que tú haces yo lo veo, lo tomo de muestra y lo copio. Tus palabras, tus gestos, tu manera de desenvolverte en el mundo, es lo que yo al final tomaré como natural y parte de mi entorno.

Sé que quieres que sea el/la mejor de todos, que triunfe, que pueda hacer de todo, pero a todos no se nos dan bien las mismas cosas. Poténciame aquello que ves que se me da bien, ya que si me propones quizás no esté preparado/a para decir que “no” y me dejo guiar por las proposiciones que tú crees conveniente. ¿A ti te gusta todo? No, ¿verdad? A mí tampoco, por favor ayúdame a encontrar la motivación en lo que hago.

Aún soy pequeño/a y moldeable, aprovecha para enseñarme el valor de las cosas, a ver el lado positivo de lo que nos rodea. Enséñame nuevas alternativas de comportamiento, de actitudes y respuestas ante situaciones cuotidianas que nos suceden. Algún día seré mayor, algún día seré como tú, pero recuerda, no seré igual, o eso espero, porque tendré que adaptarme a nuevos medios.

Interésate por lo que me gusta, por lo que me divierte y lo que me motiva, al final es lo que me hace estar alegre y te ayuda a conocerme. Ayúdame en aquellas cosas que no entiendo, necesito saber que tengo a alguien a quien preguntar. Tú también no entenderás cosas y cometerás errores, se el mejor ejemplo que me das y enséñame a pedir “perdón” y rectificar.

No intentes comprar mi cariño con cosas materiales, lo único que tiene valor en mi vida es pasar más tiempo contigo. Sé que trabajas, que estás cansado/a, pero busca un hueco para estar conmigo, porque relacionarme con mi familia y con otra gente es lo que realmente me enriquece. Lo material es pasajero pero los momentos que podemos vivir juntos los puedo recordar toda la vida.

Háblame de ti, dame confianza para contarte cómo me siento o lo que me sucede. No sé con quien hablar, mis amigos/as tienen mi edad y no me pueden ayudar con problemas emocionales, así que solo puedo recurrir a ti. Si no estás abiert@ o no sabes cómo, dame la opción de recurrir a alguien, porque lo que me sucede ahora, mis miedos y problemas pueden afectar considerablemente en mi desarrollo psicológico.

A veces se olvida que todos hemos sido más jóvenes y nuevos en este mundo lleno de sensaciones externas e internas que tenemos que saber interpretar. Y se olvida que estas cosas no se aprenden en la escuela…

viernes, 1 de septiembre de 2017

UNA PSICÓLOGA CON FOBIA


Quizás estas aquí por curiosidad, porque tienes alguna fobia, te interesa la temática o porque estás pensando en acudir al psicólogo. Sea como sea, este es un escrito mucho más personal y con él quiero ayudar a personas por las que están pasando por lo mismo o una situación similar.

Antes que nada, para aclarar el término "fóbia" y su diferencia con el miedo, recomiendo leer mi post: DIME COMO ES TU MIEDO Y TE DIRÉ SI ES UNA FOBIA.


Para explicar mejor mi situación y sea más fácil su lectura lo he dividido por apartados:


CONTEXTO

Desde mi primer año tuve bastantes “tropiezos” con la vida, mis caídas no eran sólo las típicas rozaduras que un niño pequeño se puede hacer, sino que en más de una ocasión tuve que ir a urgencias o quedarme en la UCI ingresada, con lo que todo ello conlleva. Semi-rotura de hueso, chichones graves, cortes profundos, problemas intestinales, etc. Muchos de estos procedimientos implicaban agujas. Asimismo, cuando eres pequeño, no hay que obviar una cosa que te ponen año tras año… sí, estoy hablando de las vacunas.


CONDUCTA FÓBICA

Desmayo y huidas o evitaciones del lugar.


EVOLUCIÓN

Mi fobia empezó con las agujas de inyecciones (en la realidad, en fotografía o por televisión). Malas experiencias con análisis de sangre y situaciones similares hicieron que la fobia se extendiera a la sangre (más concretamente sangre de heridas). Incluso hablar de operaciones, agujas y sangre también me provocaba un desmayo. Más adelante, mi mente empezó a asociar agujas y sangre con productos de cura como: alcohol etílico, suero o agua oxigenada. Por lo que el hedor de estos podía hacer que me “desplomase”. Con los años, cuando tenía que visitar a un familiar al hospital podían ocurrir tres cosas: ir y desmayarme, ir o salirme cuando sentía un ligero mareo o directamente no acudir, cosa que terminé por hacer incluso con los dentistas.


PROGRESOS Y ACTUALIDAD

  • Oler alcohol, agua oxigenada o suero ya no me provoca nada.
  • Que alguien hable de una operación o similar donde especifique síntomas y procesos ya no me provoca nada.
  • Entro a los hospitales y no me provoca nada.
  • Curé a un niño que le sangraba la nariz (a borbotones) y no sentí nada.
  • Ir al dentista (incluso que me operen y me pinchen) ya no me provoca nada.
  • En el último año me realicé tres análisis de sangre y solo en el último me desmayé (por bajón de azúcar).
  • Ver una imagen o vídeo de como le ponen una aguja a alguien, en ocasiones aún me da un poco de aversión pero no me marea.


Queda pendiente:
  • Hacer una donación de sangre.
  • Ver cómo le ponen una inyección a alguien o le sacan sangre.


CONCLUSIÓN

Sí, aún sigo en proceso con la fobia, voy escalando mi pirámide de situaciones fóbicas y sé que voy más avanzada de lo que jamás hubiese imaginado hace años. Lo que cuento en progresos ha costado años, y además se necesitaba poner de mi parte, dedicar tiempo a mi fobia y tener voluntad para avanzar.

¿Con este post que quería transmitir?

Que si queremos mejorar nuestra vida tenemos que poner ganas. Todo tiene su proceso, por lo que quizás veas resultados en una semana, tal vez en un mes o tal vez en un año, pero no hay que dejar de rendirse para mejorar en nuestro bienestar. Tened en cuenta que muchas de las fobias las adquirimos cuando somos pequeños, por lo que una problemática psicológica arraigada de hace años, como habéis visto en mi caso, muchas veces se agrava o extiende a otras áreas o situaciones, lo cual hace que el proceso sea más largo.

En alguna ocasión sentirás que no has avanzado nada o incluso que vas hacia atrás, que la fobia es superior a tus intentos, pero forma parte de nuestro aprendizaje y al igual que nuestra mente aprendió en su día que esa situación es aversiva para nosotros, es el momento de hacerle ver que no lo es, y eso requiere ir paso a paso.

Mi proceso aún no ha terminado, me queda bastante por andar. Os seguiré contando mi propia experiencia… porque estoy segura de que lo conseguiré :)


¿Y vosotros tenéis alguna fobia? 
¿Estáis en proceso o os lo estáis planteando? 
Contádmelo en los comentarios :)

lunes, 27 de febrero de 2017

Y SI NO ES AHORA, ¿CUÁNDO?

Realmente no nos damos cuenta hasta qué punto solemos postergar los planes, las ilusiones, las experiencias... Las dejamos para “otros” momentos, quizá porque esperamos ocasiones especiales o días señalados, buscando así situaciones que sean las “adecuadas” y que nos hagan sentir que esperar ha valido la pena.


Así que dejamos que…

Ese vino bueno se quede en la estantería para darle ese toque a una “gran” cena.
Ese vestido, camisa o suéter en un rincón del armario para cuando salgamos “esa” noche.
La pequeña hucha de ahorros guardada, y que esperas no abrir hasta el momento “exacto”.
El dibujo que miras una y otra vez esperándolo ver “algún día" eterno en tu piel.
En lista apuntado “Llamar a…” y nunca lo llegamos a tachar.
Ese escrito que guardas en “Notas” siempre pendiente de enviar a esa persona.
Esa escapada pendiente a un lugar cualquiera con un equipaje cualquiera.
Ese talento secreto que escondes por miedo a que no sea suficientemente aceptado.
Decir lo que sientes por esa persona por miedo al rechazo.
La estantería se quede abarrotada de recuerdos pasados.
La libreta llena de proyectos que no te lanzas a empezar.
De comprarte eso que tanto deseamos por las miradas ajenas.
Probar por miedo a fracasar.

Y esperas… a esa "ocasión".

Pero párate a pensar: ¿Te gustaría?

Si es así, ¿Cuándo vas a dar el paso? ¿Cuándo crees que es el momento?

Porque luego… ese vino bueno que dejaste bajo llave se pica, esa prenda de ropa ya no te viene buena, prefieres invertir tus pequeños ahorros en otras cosas, esa estantería sigue llena de las mismas cosas, esos escritos terminas por borrarlos, ese dibujo queda en el olvido, la llamada en tu recordatorio… ¿qué llamada?, el viaje se posterga cada vez con una nueva excusa, mientras tú sigues con tus sentimientos por esa persona, ella hace su vida… Así que dejamos de coger al vuelo oportunidades por miedo a perder, para luego arrepentirse también de no haberlo intentado…

¡Mira que nos complicamos!

Empiezas a tener miedo a sentirte solo/a en un mundo de extraños, y a sentirte extraño/a en un mundo solo. 

Y dejamos pasar… 

y postergamos… 

Esperamos y esperamos a que llegue ese “momento”, mientras a nuestro alrededor todo está pasando. Pasa, pero el tiempo…

Empiezas entonces a tener esa manía de cerrar los ojos e imaginar muchas cosas que no suceden por no dar el paso.

Y si no es ahora… ¿Cuándo?

Así que saca tu maleta, ese vino de la estantería, esa camiseta nueva, haz esa dichosa llamada pendiente o envía ese maldito mensaje, déjate tatuar, vete donde quieras, cuando quieras y con quien quieras. Si sientes la necesidad: grita lo que sientes o cuéntaselo a alguien. Demuestra tu talento, que deje ya de ser un secreto, date un capricho, escribe un libro, rastrea vuelos a lugares sin visitar, vacía tu estantería y llénala de recuerdos nuevos, nuevas caras, nuevas conversaciones, empieza a tachar de tu lista cosas pendientes…

Hazlo posible, hay cosas que no merecen espera, porque para que se dé la posibilidad no hace falta que se alineen los planetas y que todo el mundo esté de acuerdo, la situación también se alimenta de ilusión, de voluntad, de actitud… De esta manera, el tiempo “libre” aparece con más facilidad y la “situación exacta” la creamos nosotros.

¿Y si las cosas no salen como esperamos?

Entonces podrás ver que realmente todos somos extraños en un mundo extraño y todos estamos solos frente a un mundo solo. No todo lo controlamos, así que piensa en lo que quieres, lucha por ello, y que no sea por ti porque tu vida se esté volviendo un círculo vicioso del que te resulta difícil salir, no esperes a nadie.

Intentar, siempre intentar, para no quedarnos con las ganas, para no pensar en el “qué habría pasado si…”. Porque los mejores instantes son cuando menos te lo esperas.

Y tenemos que gastar... no las cosas, sino los momentos. 

Aprender a cazar los segundos, porque ellos mismos ya se gastan solos cada día.



POST RELACIONADOS:

LUCHAR POR UN SUEÑO

LA VIDA ES COMO UN JUEGO

NUESTRO PILOTO AUTOMÁTICO

LA IMAGINACIÓN: UNA ARMA DE DOBLE FILO


¿Cómo te ha echo sentir este post? Cuéntamelo en redes sociales: Twitter @psicologaribes y Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google +
También es bienvenida tu opinión abajo en comentarios :) Que tengas un buen día.

sábado, 21 de enero de 2017

EL DÍA QUE CONOCÍ A UNA EXTRAÑA

Un día me desperté, y cuando fui al baño una extraña me miraba desde la otra parte del espejo…

¿Quién eres? – le pregunté.
Soy tú – me dijo con cara de asombro.
No, tú no eres yo… Yo soy diferente.
¿Diferente? Recapacita, no estás igual que siempre.


Me sentía confundida… ¿realmente esa era yo? No puede ser…


Los días siguientes fueron más raros porque esa extraña aparecía cuando menos lo esperaba y sentía que me perseguía por la calle, en cada reflejo, en cada fotografía... Me sentía incómoda, me sentía fuera de lugar…
Siempre que le dirigía la mirada, me hacía malas caras, su aspecto era lúgubre y sin vida, solía mirar al suelo, y además ella iba a la suya, como si el mundo no importara, como si yo no le importara… En ocasiones la veía más ausente, incluso triste, como si fuese a llorar de un momento a otro.

Los días se volvieron grises...

¿Esa extraña era yo?

¿Cuándo me había convertido yo en esa persona?

No podía creerlo… yo no quería estar así.

Entonces empecé a trazar un plan. Si esa era yo, o al menos la extraña insinuaba que lo era, le daría una vuelta de hoja para que fuese más lo que yo quería ser.

Oye. – le dije.
No me molestes. – me contestó de mala gana.
Me gustaría ayudarte.
¿Ayudarme? ¿Para qué? No servirá de nada.
¿Qué te ocurre?
Y a ti que te importa…
Dime ¿cómo te sientes?
¿Me ves con cara de querer hablar?
Creo que sería interesante.
No soy una persona interesante, así que pierdes el tiempo.
Pues yo sí que lo creo y además si no hicieras esas muecas de asco te podría ver la sonrisa alguna vez.
No me hace ninguna gracia esta broma.
Te hablo en serio.


Y tanto que lo hacía… Así que insistí y le insistí varios días. Ella era muy testaruda, cabezota y negativa. Se pensaba que tenía las ideas muy claras, pero a la mínima yo se las desmontaba. Tanto estuvimos hablando que terminamos por conocernos bien y se convirtió en mi mejor amiga.

Entonces, ella cambió…

Bueno, en realidad, las dos cambiamos, y nos lo pasábamos en grande. Nunca había tenido una amiga tan sincera y comprensiva.

Sin embargo, un día me levanté, miré en el espejo y ya no estaba.

En su lugar estaba mi reflejo…

Tuve entonces una sensación extraña…

¿Quién fue realmente? ¿Era yo?

Empecé a echarla de menos, no a la triste y apagada extraña, sino a la alegre y decidida que había conseguido llegar a ser.

Entonces, miré en el espejo, sonreí...

Y la vi…



¿Te ha gustado? Cuéntamelo en redes sociales: Twitter @psicologaribes y Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google +. También es bienvenida tu opinión abajo en comentarios :) Que tengas un buen día.

martes, 1 de noviembre de 2016

COMPLEJOS DE AUTOESTIMA: Gigantes, enanos y fantasmas

A estas alturas quizás estás cansado de leer post sobre autoestima, porque la verdad los hay para parar un carro. La verdad es que solo con poner “autoestima” en Google te puede aparecer una buena definición de ello. 

Ya vimos en el artículo “10 BENEFICIOS DE QUERERSE A UNO MISMO” la cantidad de aspectos que nos aporta el apreciarnos y valorarnos a nosotros mismos, y además vimos en “10 PASOS PARA QUERERTE MÁS” cómo cambiando pequeños aspectos de tu vida y tomando ciertas decisiones puedes emprender el camino al amor propio.

Es por ello que no me voy a detener a explicar el concepto de “autoestima”, aunque aún existan personas que crean que quererse a uno mismo es sinónimo de soberbia o egocentrismo, por ello es importante saber diferenciar una alta autoestima de una sana autoestima.


Hoy os traigo algunos de los complejos de autoestima más frecuentes que nos podemos encontrar: ¿En alguna ocasión te has sentido identificado/a con alguno?
  • El gigante de papel: es aquella persona que siente que está por encima de los demás y que además cree que es su obligación estarlo para que no se le suban a la chepa. Se siente un gigante, capaz de convencer a cualquiera con su don de gentes. A ojos de los demás, es el rey del mambo, parece tan duro como una barra de hierro, pero en realidad es tan frágil como el papel, ya que detrás de esa coraza tiene miedo a sufrir y no acepta que las cosas realmente le afectan más de lo que piensa.
  • El enano de piedra: persona que siente que todo lo que hace nunca es suficiente, a primera vista parece tan frágil como el papel de seda, pero realmente tiene mucho por dar y es tan duro como la piedra. Ha vivido tantas duras experiencias que se siente insignificante, un enano que continuamente se compara con los gigantes, adorándolos como dioses a los que admirar o incluso complacer.
  • El fantasma sin invisibilidad: es aquella persona que pasa desapercibida en cualquier situación, su comunicación no verbal (gestos, forma de hablar, ropa, postura, etc.) da a entender: “no me tengas en cuenta”. Sin embargo, le gustaría que se fijaran mucho más en él/ella. Suena contradictorio, ¿verdad? El fantasma no da los previos pasos por miedo a lo que puedan pensar de él, se siente como si no existiera, que su información no cuenta, pero lo que no sabe es que es él mismo quien contribuye a alejarse y se cohíbe a participar de los echos.
Nosotros no nos sentimos enanos, gigantes o fantasmas porque sí. La sociedad está continuamente inclinándonos a través de la publicidad hacia estereotipos de personas “ideales”: personas fuertes y decididas a las que, a pesar de las calamidades siguen adelante como si nada, y esto provoca que nos comparamos mucho más con los demás: “mira que cuerpo que tiene esa”, “mira qué bien que habla ese”, “que facilidad que tiene para hacer amigos”, “qué envidia, si es que todo parece que le sale bien”, “no sé cómo lo hace pero tiene a todos a sus pies”, “tiene trabajo y yo no”, “tiene amigos y yo no”, “tiene pareja y yo no”… Pero hay que tener criterio propio y pensar que auto-criticándose uno mismo lo único que se consigue es tirarse piedras y echar por tierra todas sus virtudes.

¿Y si todo el tiempo que dedicamos a compararnos con otras personas lo dedicásemos a mejorar la forma en la que actuamos, pensamos e interpretamos las cosas?

¿Y si buscásemos oportunidades en lugar de fracasos?

Cuéntamelo en redes sociales: Twitter @psicologaribes y Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google +. También es bienvenida tu opinión abajo en comentarios :)

lunes, 25 de abril de 2016

PERDÓN POR LLORAR

“Los/as niños/as mayores no lloran”, “No llores que estas feo/a”, “Los hombres no lloran”, “No es nada, no llores por eso”, “No te enfades”, "Si tampoco es para tanto", “Big girls don’t cry”, “El que sonríe en lugar de enfurecerse es siempre el más fuerte” (Proverbio chino)…


Escuchando las frases anteriores, parece que al final tengamos que pedir perdón por sentir, porque mostrarse tal y como nos sentimos será sinónimo de inferioridad. ¿Tú que opinas?

Me da la sensación de que en nuestra sociedad acciones como llorar o enfadarse están mal vistas. Son clasificadas como “negativas”, pero lo que no sabemos es que privarnos de ellas es privar una parte de nosotros.

Sentir la necesidad de expresar las emociones y no hacerlo, es poner el freno a un coche que va a 200 por hora, y esto tiene sus consecuencias... explotar como una olla a presión. No solo ocurre con la tristeza o la ira, en ocasiones, ocurre incluso con la alegría. Hay personas que llegan a pensar que “no se merecen estar bien”, y cualquier atisbo de alegría lo ocultan, por el miedo a ilusionarse… Y esto, como no, provoca un gran malestar interno.

A consulta llegan muchas personas que les avergüenza llorar delante de los demás por miedo a mostrarse débiles o incluso para que las otras personas no se preocupen. Pero lo que no saben es que aguantarse no es sinónimo de fuerza. Somos humanos, y el llanto es una forma de liberación.

Que nadie te convenza de que llorar y/o enfadarse no sirven de nada. Ya que son parte de un proceso, que bien puede ser un duelo, un conflicto interno o externo no resuelto, una situación delicada, o simplemente, tan sencillo como que nos han o nos hemos hecho daño.

Las personas somos emociones y es importante expresar para poder pasar ese proceso de forma sana. La escritora Concepción Arenal (1820) ya decía que “el llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no se pueden decir con palabras”. Porque cuando no te permites soltar, es cuando ese sentimiento se puede transformar en tu peor enemigo: una emoción tóxica.

Parece que se cree que los psicólogos pretendamos que las personas vivan en un mundo “Happy Flower” con frases motivantes, expresando solo las emociones positivas, todos sonriendo, contentos y corazoncitos que salen de los ojos (“Positivismo: ¿Don’t worry be happy?”)… Pero no, somos realistas, y sabemos que las personas que buscan terapia lo que quieren es sentirse escuchados, entendidos y acompañados en su proceso, y no quieren oír las frases del principio que, tal vez, han estado escuchando toda su vida.

No podemos evitar sentir lo que sentimos cuando algo nos sucede, así que no te "obligues" a sentirte bien machacándote con frases como "debería estar bien" o "no tendría que quejarme". No hay que auto-engañarse de lo que uno siente. Aunque pintemos la mierda de rosa, mierda va a ser. No hay que disfrazarlo. La aceptación de una enfermedad, un conflicto sin resolver, la pérdida de algo o de alguien… Son procesos que no hay que ocultar ni disfrazar con sonrisas, sino que hay que aprender poco a poco a aceptar, y esto requiere de tiempo. 

¡Tenemos nuestro derecho a expresar los sentimientos! No nos transformemos en robots que ni sienten ni padecen.

De modo que, hoy grito a los cuatro vientos: ¡No pidas perdón por llorar! Llora, llora porque te da la gana, llora porque sientes y estás vivo/a. Siente como nunca y no te escondas. No te dejes llevar por los sentimientos, simplemente siente, que estás en tu derecho y puedes. 


Sabes que puedes seguirme en redes sociales: Twitter @psicologaribes y Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las publicaciones y mucho más. Siempre es bienvenida tu opinión abajo en comentarios :)

domingo, 20 de marzo de 2016

¿CÓMO SE SIENTEN LOS VEGETARIANOS?

Este no es un post en el que se quiera defender el no comer carne ni pescado o en el que intente convenceros de haceros vegetarianos, sino que más bien es un post focalizado en el proceso emocional por el que pasan las personas vegetarianas.

En una sociedad consumista de carne, cuando alguien quiere cambiar drásticamente su alimentación, ¿Cómo se siente consigo mismo y con su alrededor? ¿Qué les ocurre a los vegetarianos? ¿Cómo les afecta todo este proceso a nivel emocional?


A corto plazo es muy duro, pensemos que estamos en una sociedad en la que no se encuentra tan preparada para acoger a personas que no quieren comer carne ni pescado. La comida “especial”, es más difícil de encontrar y, además, su precio se dispara por las nubes.

Es por ello que los vegetarianos se pueden llegar a sentir a corto plazo:
  • Incomprendidos: Sienten que tienen que dar siempre explicaciones ante la comida y ante lo que quieren comer. Perciben que a la gente no le vale un “NO” como respuesta, sino que quieren un porqué. La gran mayoría de la gente que los rodea son omnívoros, y las miradas de “bicho raro” se hacen presentes, y se pueden llegar a sentir juzgados.
  • Impotentes: los vegetarianos principiantes pueden llegar a sentir impotencia por no saber realmente qué comer, ya que todo lo que comían hasta ahora siempre llevaba algo de carne o pescado. ¡Hasta los típicos bocadillos que venden como “vegetales” llevan atún! Aprender a cocinar sin carne se vuelve todo un reto.
  • Aislados socialmente: Cuando estamos en una comida familiar o cuando vamos a comer con amigos a un bar, es raro no encontrarte en los platos alguna pieza de carne o pescado. Incluso en ocasiones, buscar una ensalada completa sin carne, un plato que parece tan fácil, muchas veces se vuelve una odisea. Es por ello que los vegetarianos optan al final por no acudir a algunos eventos.
  • Desmotivados: encontrar platos que te lleguen a gustar y que sean poco laboriosos a veces resulta complicado. Las personas que están empezando a ser vegetarianas, si usan siempre los mismos ingredientes se pueden aburrir o incluso desmotivar a la hora realizar sus platos. Es por ello que pueden empezar a comer mal, y que al final tiren la toalla.
  • Presionados socialmente: pueden llegar a sentir miedos debido a lo que escuchan de la gente como: “no te vas a alimentar bien”, “te faltaran vitaminas”, “te morirás de hambre”, “la carne es necesaria en la alimentación”, “te pondrás enferm@”... son típicos mitos que se creen por ignorancia, pero que distan de la verdad.


Sin embargo, aquellas personas que consiguen romper con esos baches iniciales dentro del proceso, a largo plazo:
  • Sienten más seguridad, motivación y confianza en sí mismas: llegar a cambiar un hábito alimentario que ha sido inculcado desde pequeño no es fácil, y conseguirlo es todo un logro. Esto anima a ponerse muchas más metas en el futuro, porque saben que son capaces de cumplir sus objetivos y luchar por aquello que creen y desean. Ya que, cuando nos ponemos un objetivo, hace que tengamos una motivación para poder seguir adelante y esforzarnos cada día. Está claro que, como cualquier objetivo, habrá temporadas en las que sientas que lo quieres dejar, pero no hay mejor satisfacción que conseguir aquello que te propusiste.
  • No necesitan la opinión de los demás: han estado durante meses escuchando de varias personas las típicas frases sobre comer carne y pescado. Pero no se han dejado llevar por lo que les han dicho. Aprenden que, lo que los demás piensan no siempre es lo correcto. Hay que tener criterio propio y no dejarse guiar por lo que los demás piensan. Es por ello que son menos susceptibles y no se dejan llevar por el consumismo.
  • Explotan su creatividad: cuando la comida “compuesta”, como son las hamburguesas de verduras o croquetas de venta, es cara o más difícil de encontrar, ¡los vegetarianos se ponen manos a la obra! Descubren nuevas combinaciones de sabores, nuevas mezclas y nuevas recetas que crean ellos mismos con facilidad y con ingredientes que tienen a mano. ¡La creatividad está en el aire!
  • Más responsables y empáticas: la persona se vuelve más responsable en dos sentidos: en primer lugar, en relación con el medio ambiente; y en segundo lugar. consigo misma, ya que el tener una responsabilidad como es seguir una dieta y hacerse una comida más elaborada, ayuda a que la persona sea más autónoma. Además, se aumenta la empatía y conciencia emocional hacia lo que ocurre a nuestro alrededor, como es el derecho de los animales y la contaminación.
Está claro que hay excepciones, no todo el mundo pasa igual por este proceso, ya que dependerá del apoyo que encuentra a su alrededor por parte de familia, amigos y pareja, además del esfuerzo y empeño que ponga en ello. También cabe destacar que no es lo mismo ser vegano, que vegetariano, que ovo-vegetariano, que lacto-vegetariano… existen muchas variantes, diferentes situaciones y diferentes personas.

¿Te ha parecido interesante este post? Si eres vegetariano y estás cansado de no saber cómo responder ante las críticas, o incluso de no saber cómo decir “NO” ante tanta insistencia, te animo a que visites mis artículos: “CÓMO AFRONTAR LAS CRÍTICAS” y “CÓMO DECIR NO”, seguro que te son de ayuda.

¡Te espero en el próximo post! :)

miércoles, 13 de enero de 2016

5 PASOS PARA UNA TERAPIA EXITOSA

Son muchas las personas que acuden a consulta esperando del psicólogo una solución universal y mágica para su vida. Y no les culpo, llevan mucho tiempo aguantando una problemática y quieren una solución única para sus desgracias y su situación desesperada. Pero la realidad es bien distinta.

La verdad es que siempre les digo a mis pacientes en la primera cita: “ENHORABUENA”, ya que sin darse cuenta han dado el mayor paso de su vida: acudir a terapia. No es sencillo dar el paso, ya que no se conoce al terapeuta, muchos no saben en qué consiste la terapia, y, en cierto modo, les da reparo ir a un lugar que no conocen.




Este cartel de arriba es lo que muchas personas querrían leer. Pero, lo siento, no existe. A cualquiera le gustaría acudir a una sesión de terapia psicológica y encontrar la solución que tanto se desea. Pero la realidad no es esta. La terapia psicológica tiene mucha dedicación. Es por ello que la persona no entra por la puerta y sale de esa primera sesión con la vida solucionada. ¡Ojala fuese tan fácil! Ojala tuviésemos los profesionales de la psicología la capacidad de chasquear los dedos y solucionar la vida de una persona, pero no es posible. Así que si ves ese cartel, no te dejes embaucar.

Así que te voy a desvelar los 5 pasos para una verdadera TERAPIA EXITOSA:
  • Colaboración: se necesita que la persona colabore con el profesional: que le aporte los datos necesarios para conocer lo máximo posible de su situación, y así poder ayudarle, además de que el paciente preste atención a lo que se dice durante las sesiones.
  • Puesta en práctica: Durante las sesiones de terapia se realizan puestas en práctica, o como siempre digo, un entrenamiento para la vida, para SU vida. Es por ello que en la terapia psicológica la persona es un agente completamente activo, es decir, la persona no recibe una poción mágica que al bebérsela se le “curan” todos los males, sino que tiene que poner de su parte para practicar durante su vida cotidiana todo lo que se acuerda en la terapia.
  • Asistencia a las sesiones: la asistencia a las citas es muy importante, puesto que el mantener un regular contacto con el terapeuta le permitirá recibir un buen feedback de lo que uno está haciendo, también para saber cuáles son las dificultades que está encontrando en el proceso, si se quiere centrar en otro ámbito o aspecto de su vida, saber el balance de la semana, obtener nuevas pautas y, ante todo, ver los progresos de uno mismo.
  • Buena relación terapéutica: Es importante la sinceridad y la confianza entre paciente y terapeuta. No siempre se encuentra al terapeuta adecuado a tu situación o personalidad, si quieres saber más sobre ello lo hablé en otro post (VER: “Cómo saber si es tu terapeuta”).
  • Compromiso al cambio: la persona tiene que tener una actitud predispuesta al cambio. La mayoría de las veces se acude a terapia porque se sabe lo que se quiere cambiar en su vida, pero no sabe cómo. En terapia se trabaja eso: el CÓMO conseguirlo. Pero, para ello antes hay que tener VOLUNTAD para cambiar ciertos aspectos de su vida.

Como se ve, la mayoría de estos aspectos recaen sobre el paciente, es por ello que si estos no se cumplen, no se hace un buen aprovechamiento de las sesiones. Sé que para la mayoría de personas no está la terapia como primera opción para solucionar sus problemas, y es por ello que cuando deciden ir a terapia el problema ya se ha agravado o extendido a otras áreas de su vida, y por lo tanto, la terapia puede resultar mucho más larga.

Sé que acudir a terapia no es como ir al dentista que entras con una caries y sales con un empaste, es decir, no ves los resultados inmediatos. Pero es porque la terapia psicológica actúa sobre aspectos que la mayoría de ocasiones no son tangibles, pero que afectan directamente a nuestro bienestar.

Los psicólogos no podemos coger las riendas de tu vida, ya que primero porque no es nuestra responsabilidad, y segundo porque tú eres quien tiene que aprender a hacer frente a las situaciones que suceden en tu vida, aprender a ser fuerte, a decir "SÍ PUEDO", "NO QUIERO" y "YO DECIDO".

Artículos relacionados: ¿TU PRIMERA SESIÓN EN TERAPIA?

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! Todo lo que digo en el post esta basado en mi experiencia profesional. ¿Te gustaría opinar sobre ello? Déjamelo en comentarios :) Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las publicaciones. Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia, España). ¡Que tengas un Feliz día! :)

lunes, 12 de octubre de 2015

METÁFORA DEL LABERINTO

Cuando tenemos un problema tenemos la sensación como si de repente nos soltaran en un laberinto. 


"¿Cómo he llegado hasta aquí?".

Sabemos lo que queremos: salir de ahí. Pero no sabemos cómo. Cuando estamos así recurrimos a los más cercanos: la pareja, la familia, l@s amig@s, etc.

¿A quien sino? Ellos son los que me conocen bien”.

 Ellos siempre están ahí para animarte, pero cuando el problema es “chungo” y las típicas frases de “tranquilo, ya lo solucionarás”, “saldrás de esta, todo a su tiempo”, “tú no te preocupes” o “alegra esa cara, no es para tanto” y tu piensas:

¿Qué? Para mi es importante, y no es tan sencillo como parece”.

Los más allegados que quieren tu bien siempre van a estar ahí,  sólo intentan ayudarte, pero tampoco saben cómo, y tu sigues ahí en tu laberinto, luchando entre tanta pared y encontrándote a cada paso callejones sin salida. Sientes miedo, miedo de perder a los que te rodean y de perderte a ti mismo/a...

¿Qué hago?”.

Pasan los días, los meses… incluso pueden llegar a pasar años. Ya te has acostumbrado a ese laberinto, ya te conoces las paredes, de echo ya te parecen hasta iguales, aunque no lo sean, y actúas de la misma forma frente a todas.

“Es que ya… es costumbre, es mi día a día… un hábito. Resulta tan frustrante seguir ahí estancado… pero, ¿qué hago?

Es cuando llegas a pensar incluso que tu vida es así, no tiene más remedio, que tú eres así, que te lo mereces, o que ya no se puede hacer nada... Y ves como cada vez te sientes más y más  pequeño/a dentro de ese laberinto… Pero de repente te dicen que un profesional experto en laberintos te puede ayudar a salir de ahí.

¿Qué? ¿Un profesional? No creo que me pueda ayudar, esto ya es así, además, qué me va a decir él que yo no sepa ya de mi laberinto si yo ya me conozco cada palmo de pared



Pero piensas que por probar no se pierde nada, y vas a verlo. Le dices que bueno, que eso es lo que hay, que es tu pan de cada día y que estas hasta los mismísimos y a la expectativa porque ya no sabes qué hacer. Sorprendentemente para ti, el profesional en laberintos no te dice la solución en la primera cita.

¿Por qué? ¿Tan profesional que es y no me sabe decir por dónde he de salir?

Te explica que cada laberinto es un mundo y que poco a poco y a través de tus descripciones puede llegar a conocer el tuyo y darte las pautas oportunas para que salgas de ahí. Pero se necesita de tiempo, no es fácil llegar a conocer tu laberinto ni tampoco llegar a dominarlo.

Pero ufff, entonces, esto no es tan fácil como pensaba, es importante trabajar duro, ser constante y practicar las estrategias. Parecen deberes de niños, pero si eso es lo que tengo que hacer para salir de ese maldito laberinto pues se hace…


Van pasando las semanas, y quieras o no el profesional te va guiando en tu camino y vas viendo tu laberinto mucho más claro, mucho más definido, las paredes ya no son tan estrechas ni tan iguales, y tampoco te aprisionan, pasas por los pasillos sintiendo que sabes lo que haces y sabes a dónde vas, pero lo mejor de todo, sabes cómo hacerlo.

¿Y tu? ¿Te encuentras en un laberinto?

Más metáforas:

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha hecho reflexionar este post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia, España). ¡Feliz día! :)

lunes, 27 de julio de 2015

POSITIVISMO: ¿Don't worry be happy?

En la actualidad, se está fomentando mucho más la utilización del pensamiento positivo. El pensamiento positivo tiene la peculiaridad de espantar a los pensamientos destructivos (ver artículo "LOS 4 PENSAMIENTOS MÁS DESTRUCTIVOS"), los malos hábitos y de mejorar las relaciones sociales, de tener una mejor actitud frente a las situaciones y con ello una mejor conducta.

Pero, ¿cómo es pensar en positivo? ¿Es lo que dicen los hippies “paz y amor”? ¿Cómo hay que pensar de forma positiva? ¿Realmente la positividad nos vale para todo? En este post me gustaría hablaros de ello.


En primer lugar, vamos a por los mitos y realidades:

Mito: Ser positivo es ver el vaso medio lleno. 
Realidad: Es ver un vaso donde llenar.

Mito: Ser positivo es ver sólo el lado bueno de las cosas. 
Realidad: Es ver oportunidades donde otros sólo ven fracasos.

Mito: Ser positivo es no tener conflictos ni problemas. 
Realidad: Es saber gestionarlos de forma efectiva viendo las diversas posibilidades.

Mito: Ser positivo es olvidarse de los acontecimientos negativos.
Realidad: Es saber aceptar, perdonar y superar.

Existen muchas personas que sus pensamientos positivos o alternativos no les sirven, y es que no es un simple “don’t worry be happy”, es otra forma de interpretar las cosas (ver artículo "¿CAMBIAMOS ELCHIP? La reestructuración cognitiva"). 


Asimismo, antes de pensar positivamente hay que tener varias cosas en cuenta:

Lucha interna: Intentar pensar de forma positiva cuando tenemos la mente llena de pájaros revoloteando es imposible. Pensar de forma positiva no es una solución, es un proceso y un resultado, después de trabajar con uno mismo y con aquello que te hace sentir mal. No podemos pretender encubrir o tapar lo malo que nos sucede, sino ver cómo podemos solucionarlo.

Que no te tomen el pelo: ser positivo no es ser ignorante, pensar de forma positiva no significa que todo vaya a ser con buenas intenciones o que todo tenga que ser maravilloso y que todo el mundo quiere para nosotros lo mejor, recuerda que hay personas tóxicas (ver artículo "PERSONAS TÓXICAS").

Mente realista: que se piense de forma positiva no significa que vaya a suceder así, tener una actitud positiva nos predispone a actuar de cierta forma y por tanto que haya más probabilidad de que se nos presenten ciertas situaciones (ver artículo "¿SOMOS ADIVINOS? La profecía autocumplida"). Por tanto, importante tener en cuenta todo lo que podría suceder, no es saludable pensar de forma extremista.

Aceptar el no para empezar el sí: ser positivo no implica que todo vaya a ser un “sí” en la vida. Hay que aceptar que la respuesta también puede ser un “no” puesto que sino las decepciones pueden pasarnos factura. Cuando aceptemos la existencia del “no” entonces podremos aceptar que el sí.


Recuerda, que el positivismo no ha de encerrarse dentro de la cabeza en forma de pensamiento positivo, sino que ha de convertirse en una actitud y conducta positiva. No es un “haz el amor y no la guerra”, es otra forma de ver las cosas que fomenta nuestro bienestar emocional.

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido interesante el post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y recibirás todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia, España). ¡Feliz día! :)

miércoles, 8 de julio de 2015

¿ERES UN X-MEN? La lectura de pensamiento

Si piensas en lo que están pensando los otros, tus pensamientos se convierten en los posibles pensamientos del otro, pero el pensamiento que piensas que es del otro no deja de ser un pensamiento propio. ¡Menudo lío! Parece un trabalenguas, ¿verdad? pero es lo que suele ocurrir.


Cómo nos gusta intentar leer el pensamiento de los demás… Sí, sí, estamos hablando de telepatía. ¿Nos hemos convertido en un X-MEN como el profesor X? Leer el pensamiento de otras personas lo hacemos más de lo que creemos, de hecho lo intentamos hacer muy a menudo.

“¿Qué pensará de mi?”
"¿Qué pensará de ésta situación?”
“¿Le habré caído bien?”
“A ver si va a pensar que me quiero ir…”
“Seguro que ha hecho ese gesto pensando en mi”
“Seguro que está pensando que soy un pesado/ torpe/entrometido…”

La lectura de pensamiento es una forma que tenemos de intentar controlar lo que ocurre a nuestro alrededor, suele suceder en personas que son inseguras de sí mismas. Es una forma de intentar adelantarse a la forma en que esa persona que tenemos delante puede influenciarnos, si de forma positiva o negativa. Lo que no sabemos es que llegamos a comernos tanto el tarro intentando descifrar en qué piensan los demás de una situación o de nosotros mismos, que descuidamos lo que nos está sucediendo en el presente. Es decir, nos preocupamos tanto por algo que no sabemos si es cierto o no que nos crea una ansiedad innecesaria y anticipada (como hablé en el artículo “¿Somos adivinos? la profecía autocumplida”).


Al principio os he presentado lo que podría llegar a ser un buen trabalenguas, pero que es un círculo vicioso de malos hábitos de pensamiento. Es por ello que la mejor forma de romper el bucle es acabar con esa telepatía. ¿Cómo? Teniendo en cuenta estos 3 aspectos tan cotidianos:
  • Preguntar: algo tan sencillo como preguntar a la otra persona nos sacará de todos esos quebraderos de cabeza. “¿Te ha molestado lo que te he dicho?”, "¿Te parece bien?". Eso si, preguntar para dejar de imaginar, suponer o malinterpretar, no para buscar una valoración continua del otro.
  • Tolerar la incertidumbre: No todo lo podemos controlar, y aquello por lo que nos preocupamos la mayoría de las veces son cosas banales. Si realmente tienes un problema que te preocupa,y tienes que tomar una decisión, entonces establece un “tiempo para preocuparse”. Sí, tan sencillo como crear un horario: de 9:00 – 14:00 trabajo, 14:00-15:00 comida, de 17:00 a 18:00 gestionar el problema. Asi mientras trabajas, estudias, o duermes no te vas a preocupar. Todo a su debido tiempo.
  • No depender de la opinión de los demás: ¿Para qué quieres que alguien confirme lo que dices? No necesitas que te den un “aprobado” a todo lo que haces. La solución se encuentra en confiar en uno mismo. Cuando empieces a confiar en tus actos dejarás de depender de la opinión de los demás.
Leer el pensamiento de otras personas no deja de ser un acto creativo en el que ponemos en práctica nuestra imaginación. Sin embargo, esto puede ocasionar problemas a la hora de relacionarnos con otras personas, sobretodo a la hora de buscar nuevas amistades. Cuanto menos se conoce a esa persona, más se le intenta leer el pensamiento, ya que ante el desconocimiento, las personas inseguras intentan buscar la forma de controlar la situación.



¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido interesante el post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y recibirás todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia). ¡Feliz día! :)

lunes, 22 de junio de 2015

10 PASOS PARA QUERERTE MÁS

En el artículo 10 beneficios de quererse a uno mismo, pudimos ver todo lo que nos aporta el querernos a nosotros mismos. Pero, ¿qué podemos hacer para querernos? Se dice que el primer amor de tu vida ha de ser el amor sano e incondicional a uno mismo. Quererse a uno mismo de forma sana no tiene nada que ver con el egoísmo, el narcicismo o la superioridad. De echo, muchas de las personas que tienen esta forma de ser y de actuar, suelen tener una baja autoestima, pero crean ese carácter como escudo social.


No te puedo dar un libro de instrucciones para que llegues a aumentar tu autoestima, ya que cada persona presenta una concepción diferente de sí misma. Pero hoy sí puedo hablarte de 10 aspectos a tener en cuenta para que empieces a quererte más:

Mírate con otros ojos: deja de sentirte como la persona que es el/la herman@ de… o el novio o novia de… o el hijo de… y empieza a ser tú, a ser como quieres ser sin que te digan como tienes que ser. No tengas miedo a lo que puedan decir los demás, cada cual tiene su historia, cada cual tiene su vida. Las personas estamos echas para ser únicas, no ser una copia de nada ni de nadie. Mírate como lo que eres, una persona que puede empezar a ser única y especial en la medida en que te lo creas. No es que lo diga yo sin conocerte, es que no somos robots :)

Haz pequeños cambios en tu vida. Quizás es momento de hacer un cambio de "look", cambiar la decoración de tu cuarto, cambiar tu vestuario por otros colores, organizar ya de una vez tus apuntes, hacer un viaje a un lugar que no conoces, llamar a esa persona que hace tiempo que no llamas, decirle a tus padres todo lo que piensas, empezar ese proyecto que tanto deseas, etc. Ver las cosas que te rodean con otros ojos te permitirá ver las cosas de otra forma. Muchas veces salir de la monotonía nos permite tener la mente más despejada y abrirse a nuevos conceptos del mundo y de nosotros mismos.

Cambiar la jerarquía de tu mente: Tu mente es una jerarquía de prioridades. Te animo a que cojas un papel, escribas todo aquello que te importa en la vida, ahora haz una jerarquía y en la parte de abajo pon: “YO". Hay que empezar a ver qué es importante en tu vida y que no. En ocasiones nos preocupamos por cosas que ni siquiera nos incumben, empieza a pensar en ti, en cómo te sientes y qué es lo que quieres en tu vida.

Haz algo que te llene: empezar esos hobbies que siempre te han gustado y que nunca te has atrevido a hacer es un buen paso. Pintar, correr, fotografíar, cocinar, tocar un instrumento, cantar, ayudar en una ONG, etc. y si no te sale bien, ya sabes, nadie empezó siendo excelente.

Empieza a buscar todas tus cualidades positivas: tienes muchas cualidades positivas, no todos somos buenos en todo, ni todos somos malos en todo. Busca aquello que se te da bien, que alguna vez te han dicho que les ha gustado de ti y poténcialo. No descuides tus debilidades, entrénalas hasta que se conviertan en fortalezas.

Dejar el pasado atrás, todos cometemos errores, deja ya de lamentarte por ello, no se termina el mundo ni eres un fracasado. Nadie va a cogerte y levantarte, coge fuerzas y adelante. ¡Acepta esos errores ya de una vez! Todos hemos hecho cosas de las que nos hemos arrepentido, el primer paso para poder aceptar los errores es darse cuenta de ellos. Fallar no te convierte en mala persona, en una desgraciada, en un torpe, en un tonto, siempre estas a tiempo de pedir perdón y rectificar.

Aceptar el presente: En definitiva, vivir el ahora es importante, vivir cada día como momentos únicos que se presentan y oportunidades que, créeme, muchas veces no vuelven a suceder.

Mirar al futuro de forma realista: no crearte falsas expectativas, ni adelantarse de forma catastrófica tal y como hablé en el artículo “¿SOMOS ADIVINOS? La profecía autocumplida”. Plantarse metas y objetivos persiguiendo aquello que deseas, como dije en el artículo "LUCHAR POR UN SUEÑO", hará que tengas un propósito cada día con el que te sientas un/a luchador/a.

Consulta con un profesional: por último y más importante decir que, un libro de autoayuda, un artículo como este o una frase alentadora te puede ayudar a dar el paso para empezar a aumentar tu autoestima, pero la ayuda que te puede proporcionar un profesional de la salud, como un psicólogo, no es sustituible por ningún otro recurso. Es por ello que si tienes pensamientos recurrentes como los que hablé en el artículo: LOS 4 PENSAMIENTOS MÁS DESTRUCTIVOS, o sueles estar en bajo estado de ánimo, te animo a que acudas a un profesional. Te será de gran ayuda.

No se si llegados a este punto te habrás dado cuenta de que sólo hay 9 aspectos y no 10. Esto no dejan de ser aspectos a tener en cuenta, es por ello que el número 10 me gustaría que lo aportases tú. ¿Qué crees que aumentaría tu autoestima? ¿Qué harías para quererte más? ¿Que te ha servido hasta ahora? Busca aquello que siempre te hace sentir grande.

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido interesante el post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y recibirás todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y presencialmente en la red de psicólogos en Gandia (Valencia). ¡Feliz día! :)
Copyright © 2014 Los engranajes de la Psicología

Distributed By Blogger Templates | Designed By Darmowe dodatki na blogi