sábado, 2 de junio de 2018

NO SÉ QUÉ ESTUDIAR


Quizás en estos momentos te estas preguntando: “¿qué estudios realizaré?” Tal vez te has encontrado en esta situación anteriormente, actualmente te estas replanteando tu formación actual o eres una persona mayor que tiene el “gusanillo” de retomar ciertos estudios. Sea como sea, entiendo el dilema al que te enfrentas, no te extrañará que te diga que yo, al igual que muchísimas personas, pasamos por lo mismo que tú cuando nos planteamos nuestro futuro: no saber qué estudios realizar.

Este tipo de decisión puede presentarse en cualquier momento de la vida. Es entonces cuando recurrimos a amigos, familiares, conocidos e incluso profesionales: “¿Tú qué me recomiendas?” les decimos, y esperamos que nos iluminen nuestro camino con bombillas led de alta potencia, pero lo único que nos encontramos es con bombillas parpadeantes en caminos difusos en búsqueda del mejor consejo.


He aquí mi consejo: NO PIDAS CONSEJO. Sé que en estos momentos te sentirás perdido/a y te vendrá un torbellino de pensamientos: “¿cómo no voy a pedir consejo?, ¡Si no sé qué hacer!, necesito la opinión de alguien… No sé qué elegir, no sé cuál es mi camino…”

Pero, ¿Por qué te digo que no pidas consejo? Porque muchas de las personas te aconsejarán según sus intereses, según lo que piensan que te “conviene” o lo que por experiencia han pensado que tiene “más salida”, pero nadie más que TÚ MISMO/A sabe qué es lo que te gusta o lo que se te da bien.

La gente que elige su profesión porque “piensa que ganará más dinero que con otra” o porque “tiene más probabilidad de que lo contraten” al final acaban siendo personas que odian su profesión, que no les gusta su trabajo y lo hacen a desgana. Y, en estos tiempos en los que estamos, el dinero es importante, no obstante, más importante es fomentar y crecer como profesionales que amen lo que hacen, porque de la pasión hacia la profesión es de dónde salen los mejores profesionales.

De modo que es momento que te centres en el “QUÉ QUIERO YO”.

Lo importante es que pongas en una lista por prioridad qué estudios te llaman la atención, y después busques información tanto del tipo de temas que se abarcan en cada uno como el proceso por el que tienes que pasar para realizar cada uno (posterior especialización, búsqueda de prácticas, realización de un postgrado…), ya que esto te ayudará a descartar. Es importante que te informes bien, ya que elegir es difícil, pero descartar es fácil basándote en el temario de una formación. Ya que en la medida en que no se adapte a lo que quieres no te motivará.

Es por ello que, quédate con aquello que te gusta y sepas que te puede causar interés. A rasgos generales, a través de la educación obligatoria y en tu día a día puedes conocer qué tipo de estudios prefieres según tus gustos: matemáticas, biología, arte, química, letras… Esto te dará pistas para centrarte en una rama u otra, aunque ya te digo que hasta el último momento muchos tienen sus dudas. Créeme, nos pasamos la vida estudiando lo “obligatorio” y cuando nos planteamos “lo que queremos” se nos nubla la vista.

Si tus dudas son por hacer una especialización u otra piensa a qué te quieres realmente dedicar, qué es eso que cuando hablas de ello te apasiona, que te ves trabajando de ello día tras día.

Pero ante todo: ¡QUÉ NO CUNDA EL PÁNICO!

Claro está que hay muchos otros aspectos a tener en cuenta para elegir carrera como: la nota de corte, el lugar (si tienes que desplazarte), el coste de la matrícula, los cursos, el material necesario… Pero ante todo elige con cabeza, y si por alguna de aquellas empiezas una formación y descubres durante el proceso que no es lo tuyo: ¡el mundo no termina ahí! Tienes la posibilidad de redirigir tu vida y volver a plantearte qué quieres, no se es un As en todo, ni se toma la mejor elección a la primera, así que “No problem”.

Tampoco se sabe con certeza todo lo que uno/a se encontrará una vez comenzada una formación, es por ello que quizás empieces una formación que no era tu primera opción y por sorpresa descubres que es algo que te apasiona y que no cambiarias por nada.

Te aviso que dudaras, hasta el último momento, y a cuantas más personas preguntes más te harán dudar, y puede que le des mil y una vueltas a la cabeza, pero la decisión es tuya y es tu vida. Es TU futuro, así que tómate tu tiempo. Coge los consejos y las experiencias de otras personas como aspectos a tener en cuenta pero no razones de peso para tomar la decisión definitiva.

Así que ahora con todos estos aspectos que te he recordado, espero que sepas elegir por ti mismo/a y barajar tus posibilidades sin que nadie te condicione a elegir cómo quieres vivir. Y, por supuesto eres libre de elegir un estudio solo por la salida laboral o la monetización que te puede aportar en un futuro, porque no deja de ser una motivación, pero es importante que tengas en cuenta que quizás tendrás que lidiar con que estés estudiando aspectos con los que no te sientas cómodo/a o te cuesten mucho más.

Aunque tengas motivación, el proceso por el que pases no será fácil, se requiere de esfuerzo, perseverancia, paciencia y dedicación. Sin embargo, no olvides que tienes PODER DE ELECCIÓN.

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