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viernes, 1 de septiembre de 2017

UNA PSICÓLOGA CON FOBIA


Quizás estas aquí por curiosidad, porque tienes alguna fobia, te interesa la temática o porque estás pensando en acudir al psicólogo. Sea como sea, este es un escrito mucho más personal y con él quiero ayudar a personas por las que están pasando por lo mismo o una situación similar.

Antes que nada, para aclarar el término "fóbia" y su diferencia con el miedo, recomiendo leer mi post: DIME COMO ES TU MIEDO Y TE DIRÉ SI ES UNA FOBIA.


Para explicar mejor mi situación y sea más fácil su lectura lo he dividido por apartados:


CONTEXTO

Desde mi primer año tuve bastantes “tropiezos” con la vida, mis caídas no eran sólo las típicas rozaduras que un niño pequeño se puede hacer, sino que en más de una ocasión tuve que ir a urgencias o quedarme en la UCI ingresada, con lo que todo ello conlleva. Semi-rotura de hueso, chichones graves, cortes profundos, problemas intestinales, etc. Muchos de estos procedimientos implicaban agujas. Asimismo, cuando eres pequeño, no hay que obviar una cosa que te ponen año tras año… sí, estoy hablando de las vacunas.


CONDUCTA FÓBICA

Desmayo y huidas o evitaciones del lugar.


EVOLUCIÓN

Mi fobia empezó con las agujas de inyecciones (en la realidad, en fotografía o por televisión). Malas experiencias con análisis de sangre y situaciones similares hicieron que la fobia se extendiera a la sangre (más concretamente sangre de heridas). Incluso hablar de operaciones, agujas y sangre también me provocaba un desmayo. Más adelante, mi mente empezó a asociar agujas y sangre con productos de cura como: alcohol etílico, suero o agua oxigenada. Por lo que el hedor de estos podía hacer que me “desplomase”. Con los años, cuando tenía que visitar a un familiar al hospital podían ocurrir tres cosas: ir y desmayarme, ir o salirme cuando sentía un ligero mareo o directamente no acudir, cosa que terminé por hacer incluso con los dentistas.


PROGRESOS Y ACTUALIDAD

  • Oler alcohol, agua oxigenada o suero ya no me provoca nada.
  • Que alguien hable de una operación o similar donde especifique síntomas y procesos ya no me provoca nada.
  • Entro a los hospitales y no me provoca nada.
  • Curé a un niño que le sangraba la nariz (a borbotones) y no sentí nada.
  • Ir al dentista (incluso que me operen y me pinchen) ya no me provoca nada.
  • En el último año me realicé tres análisis de sangre y solo en el último me desmayé (por bajón de azúcar).
  • Ver una imagen o vídeo de como le ponen una aguja a alguien, en ocasiones aún me da un poco de aversión pero no me marea.


Queda pendiente:
  • Hacer una donación de sangre.
  • Ver cómo le ponen una inyección a alguien o le sacan sangre.


CONCLUSIÓN

Sí, aún sigo en proceso con la fobia, voy escalando mi pirámide de situaciones fóbicas y sé que voy más avanzada de lo que jamás hubiese imaginado hace años. Lo que cuento en progresos ha costado años, y además se necesitaba poner de mi parte, dedicar tiempo a mi fobia y tener voluntad para avanzar.

¿Con este post que quería transmitir?

Que si queremos mejorar nuestra vida tenemos que poner ganas. Todo tiene su proceso, por lo que quizás veas resultados en una semana, tal vez en un mes o tal vez en un año, pero no hay que dejar de rendirse para mejorar en nuestro bienestar. Tened en cuenta que muchas de las fobias las adquirimos cuando somos pequeños, por lo que una problemática psicológica arraigada de hace años, como habéis visto en mi caso, muchas veces se agrava o extiende a otras áreas o situaciones, lo cual hace que el proceso sea más largo.

En alguna ocasión sentirás que no has avanzado nada o incluso que vas hacia atrás, que la fobia es superior a tus intentos, pero forma parte de nuestro aprendizaje y al igual que nuestra mente aprendió en su día que esa situación es aversiva para nosotros, es el momento de hacerle ver que no lo es, y eso requiere ir paso a paso.

Mi proceso aún no ha terminado, me queda bastante por andar. Os seguiré contando mi propia experiencia… porque estoy segura de que lo conseguiré :)


¿Y vosotros tenéis alguna fobia? 
¿Estáis en proceso o os lo estáis planteando? 
Contádmelo en los comentarios :)

miércoles, 27 de enero de 2016

HIPNOSIS CLÍNICA: Mitos y verdades

“Y ahora caerás en un sueño profundo y cuando te despiertes serás una gallina… concéntrate… eres una gallina…. cuando oigas la palabra TRES te despertarás convertid@ en una gallina. Uno… dos…. ¡TRES!”



Seguro que alguna vez habéis visto algo parecido por la televisión y os preguntaréis: “¿es verdad que lo convierte en una gallina?” Bueno, teniendo en cuenta que en estos espectáculos las personas son contratadas o acordadas para realizar un “paripé” que se basa en la ilusión, el truco y la puesta en escena, ¿crees que es verdad?... lo dejo ahí.

El problema de la hipnosis es que se ha usado tan a la ligera y para aspectos tan cómicos que resulta natural ya tomarlo como una tomadura de pelo más, es por ello que resulta necesario aclarar ciertos aspectos para que no haya confusiones de términos ni de profesiones.

La hipnosis clínica es un procedimiento terapéutico inducido por métodos de relajación por el cual a través de la sugestión* (que es la principal arma), el terapeuta sugiere que el paciente experimente cambios a nivel motor, sensorial o cognitivo. Es usada por algunos psicólogos en terapia para poder trabajar diversos trastornos psicológicos o dolencias.

Puede que dicho así suene muy teórico y más difícil de entender, así que os voy a hablar de los tres famosos mitos sobre la hipnosis clínica para que pueda resolver mejor vuestras dudas:
  • Pierdes la conciencia: esto es muy típico oírse, pero es completamente falso. En todo momento te encuentras consciente y en vigilia, así que sabes todo lo que sucede. De modo que una persona puede llegar a falsear la intervención, o incluso pararla cuando quiera.
  • Te conviertes eres un títere: no te dejas manejar por el/la terapeuta, de hecho, tú no realizas nada que no quieras. Eres completamente responsable de tus actos. La persona es un agente activo que es guiado voluntariamente por aquello que va diciendo el hipnotista.
  • El hipnotizador tiene poderes: los profesionales que realizan hipnosis clínica no tienen ningún “poder” mágico, es más, si te dice esto… mala señal. Un buen profesional de hipnosis está formado principalmente en psicología y especializado en hipnosis clínica, nada que ver con magia. Bien es cierto que el usar un péndulo o un reloj en algunas técnicas, que son utilizadas para focalizar la atención del paciente, puede resultar un tanto cómico pero su uso no hace que la sesión pierda credibilidad.



Los efectividad de la hipnosis a la hora de compaginarla con otros tratamientos psicológicos ha sido demostrada, de hecho, la hipnosis ayuda a facilitar la expresión de las emociones y sensaciones. Pero, hay que tener en cuenta que esto no es la panacea, tal y como hablé en “CRÍTICA: LA FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS”, ya que hay personas a las que les puede servir y hay a las que no.

Por supuesto, antes de realizar una sesión de hipnosis, la persona realiza una serie de ejercicios indicados por su terapeuta para saber su grado de sugestión*, y por tanto saber si la hipnosis puede ayudarl@. Las personas más susceptibles son aquellas que suelen tener mucha capacidad de imaginación y pueden llegar a “soñar despiertos”, que pueden recordar sucesos pasados al detalle, que tienen mucha facilidad de concentración y/o focalización de la atención, personas que cuando leen una novela o ven una película lo experimentan intensamente como si fuesen ellos mismos quien lo vivieran, personas que se suelen dejar llevar por las experiencias, incluso aquellas que se creen muy fácilmente lo que alguien les cuenta.

No obstante, para una buena sesión también entran en juego las expectativas, la actitud, la predisposición y motivación del paciente, su estado de ánimo y la fatiga… algunos aspectos de los que hablé en el último post: “5 PASOS PARA UNA TERAPIA EXISTOSA”.

Ten en cuenta que todo nuestro cuerpo se encuentra conectado con el cerebro, si nosotros tomamos el control desde la mente de aquello que nos sucede, por ejemplo, de un dolor crónico o de un sentimiento negativo muy profundo, podemos llegar a calmarlo a través de nuestra mente con la ayuda de un profesional.

En definitiva, con la hipnosis clínica se pretende conseguir un estado en el que estas completamente inmerso en ti: en tus emociones, en las sensaciones, en tu cuerpo y en tus pensamientos. Básicamente te da igual todo lo que sucede a tu alrededor ja que solamente te centras en tu persona.

*Capacidad de influencia que se ejerce sobre un individuo y que hace que modifique su conducta, sensaciones o sentimientos.

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido interesante la hipnosis? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las publicaciones y mucho más. 

Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia, España). ¡Que tengas un buen día! :)

miércoles, 13 de enero de 2016

5 PASOS PARA UNA TERAPIA EXITOSA

Son muchas las personas que acuden a consulta esperando del psicólogo una solución universal y mágica para su vida. Y no les culpo, llevan mucho tiempo aguantando una problemática y quieren una solución única para sus desgracias y su situación desesperada. Pero la realidad es bien distinta.

La verdad es que siempre les digo a mis pacientes en la primera cita: “ENHORABUENA”, ya que sin darse cuenta han dado el mayor paso de su vida: acudir a terapia. No es sencillo dar el paso, ya que no se conoce al terapeuta, muchos no saben en qué consiste la terapia, y, en cierto modo, les da reparo ir a un lugar que no conocen.




Este cartel de arriba es lo que muchas personas querrían leer. Pero, lo siento, no existe. A cualquiera le gustaría acudir a una sesión de terapia psicológica y encontrar la solución que tanto se desea. Pero la realidad no es esta. La terapia psicológica tiene mucha dedicación. Es por ello que la persona no entra por la puerta y sale de esa primera sesión con la vida solucionada. ¡Ojala fuese tan fácil! Ojala tuviésemos los profesionales de la psicología la capacidad de chasquear los dedos y solucionar la vida de una persona, pero no es posible. Así que si ves ese cartel, no te dejes embaucar.

Así que te voy a desvelar los 5 pasos para una verdadera TERAPIA EXITOSA:
  • Colaboración: se necesita que la persona colabore con el profesional: que le aporte los datos necesarios para conocer lo máximo posible de su situación, y así poder ayudarle, además de que el paciente preste atención a lo que se dice durante las sesiones.
  • Puesta en práctica: Durante las sesiones de terapia se realizan puestas en práctica, o como siempre digo, un entrenamiento para la vida, para SU vida. Es por ello que en la terapia psicológica la persona es un agente completamente activo, es decir, la persona no recibe una poción mágica que al bebérsela se le “curan” todos los males, sino que tiene que poner de su parte para practicar durante su vida cotidiana todo lo que se acuerda en la terapia.
  • Asistencia a las sesiones: la asistencia a las citas es muy importante, puesto que el mantener un regular contacto con el terapeuta le permitirá recibir un buen feedback de lo que uno está haciendo, también para saber cuáles son las dificultades que está encontrando en el proceso, si se quiere centrar en otro ámbito o aspecto de su vida, saber el balance de la semana, obtener nuevas pautas y, ante todo, ver los progresos de uno mismo.
  • Buena relación terapéutica: Es importante la sinceridad y la confianza entre paciente y terapeuta. No siempre se encuentra al terapeuta adecuado a tu situación o personalidad, si quieres saber más sobre ello lo hablé en otro post (VER: “Cómo saber si es tu terapeuta”).
  • Compromiso al cambio: la persona tiene que tener una actitud predispuesta al cambio. La mayoría de las veces se acude a terapia porque se sabe lo que se quiere cambiar en su vida, pero no sabe cómo. En terapia se trabaja eso: el CÓMO conseguirlo. Pero, para ello antes hay que tener VOLUNTAD para cambiar ciertos aspectos de su vida.

Como se ve, la mayoría de estos aspectos recaen sobre el paciente, es por ello que si estos no se cumplen, no se hace un buen aprovechamiento de las sesiones. Sé que para la mayoría de personas no está la terapia como primera opción para solucionar sus problemas, y es por ello que cuando deciden ir a terapia el problema ya se ha agravado o extendido a otras áreas de su vida, y por lo tanto, la terapia puede resultar mucho más larga.

Sé que acudir a terapia no es como ir al dentista que entras con una caries y sales con un empaste, es decir, no ves los resultados inmediatos. Pero es porque la terapia psicológica actúa sobre aspectos que la mayoría de ocasiones no son tangibles, pero que afectan directamente a nuestro bienestar.

Los psicólogos no podemos coger las riendas de tu vida, ya que primero porque no es nuestra responsabilidad, y segundo porque tú eres quien tiene que aprender a hacer frente a las situaciones que suceden en tu vida, aprender a ser fuerte, a decir "SÍ PUEDO", "NO QUIERO" y "YO DECIDO".

Artículos relacionados: ¿TU PRIMERA SESIÓN EN TERAPIA?

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! Todo lo que digo en el post esta basado en mi experiencia profesional. ¿Te gustaría opinar sobre ello? Déjamelo en comentarios :) Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las publicaciones. Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia, España). ¡Que tengas un Feliz día! :)

lunes, 23 de noviembre de 2015

CRÍTICA: LA FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS

Durante todos los años de mi formación como psicóloga, he podido estar en contacto con otros profesionales de éste ámbito y a su vez, con compañeros de formación. Durante estos dos últimos años de experiencia he podido estar en contacto con muchos pacientes que me han transmitido su descontento hacia los psicólogos que le han atendido.


Desde mi punto de vista, un psicólogo no solo se forma de teoría y práctica, sino de ganas, de sentido común, de pasión hacia lo que hace, de interés, de empatía... Es por ello que en este post me gustaría dar mi opinión sobre la formación de los psicólogos, sus metodologías y sus actitudes frente a los pacientes.

Son 4 los aspectos que me gustaría destacar:

Mantenerse actualizado. Este es un aspecto muy importante. Los psicólogos tenemos la obligación por norma deontológica de mantenernos continuamente actualizados. En pocas palabras, es importante formarse continuamente en diferentes trastornos, metodologías, enfoques, etc. y es que en esta profesión nunca dejas de ser estudiante, de nutrirte de todos los aspectos de la psicología y de todos los enfoques para poder saber qué engranajes tiene la persona que tienes delante, y qué es lo que mejor puede funcionar. A nivel personal, cada paciente que acude a mi consulta lo trabajo de forma individual y única, me vuelco en su caso, investigando cada detalle de su problema, la metodología que podría usar con él, nuevas formas de manejar la situación, etc.

Una “metodología” no lo resuelve todo. Me sorprendo cuando veo como hay profesionales que venden su metodología como un santo grial. “Con la hipnosis dejaras de fumar, dejaras de tener ansiedad, todo, la hipnosis resolverá todos tus problemas”.  No digo que la hipnosis no funcione, de echo hablaré sobre esto con más detalle en otro post, sino que no es una solución "milagrosa", al igual que podría decir de la meditación o mindfulness, o cualquier otra metodología que anuncian a bombo y platillo. Es importante ser humilde y sincero, siendo capaz de derivar en otros profesionales. En ocasiones me llegan comentarios de gente que no le ha funcionado la terapia y esto les hace desconfiar de nuestra profesión. Esto ocurre porque es probable que el terapeuta haya aplicado una técnica que quizás en ese trastorno o situación no es la más adecuada, o quizás es un apoyo pero no la solución. Si existen diferentes metodologías es porque existen diferentes dolencias y diferentes tipos de personas. Es por ello que, es importante fijarse en esa persona que tienes delante ya no solo en su problemática sino en su forma de interactuar con el mundo.


Rigor científica: centrarse en aquello que tiene rigor científica y dejar a un lado las creencias e ideales, es vital para poder realizar un buen tratamiento. En pocas palabras, meter a Dios o la veracidad de “poderes” mágicos en una situación de psicoterapia no es tener un rigor científico. Estamos hablando del psicólogo, no del paciente. El paciente está en su derecho de hablar en terapia de sus creencias y de cómo se siente la respecto. Pero en términos de psicología, estamos hablando de ciencia, no de creencias.

Fuera interferencias: una persona que pretende ayudar a otra tiene que mostrarse abierta a lo que le cuentan, y para ello es importante que no interfiera tu vida con tu profesión. Si crees que puedes transmitir tu malestar al paciente, tómate tu tiempo para reflexionar sobre ello. Tal y como dije en el artículo de: "Que sea psicólogo/a no significa que..." los psicólogos no dejamos de ser personas y podemos tener altibajos, problemas o malestar, si no te encuentras preparado para hacer frente a la solicitud de ayuda de otras personas, ya que te encuentras inmerso en tus problemas o has pasado por una situación difícil, entonces es el momento de desconectar. La consulta tiene que ser un espacio cómodo y seguro para el paciente, y el psicólogo tiene que encargarse de crear un buen clima.

Sé que quizás no tengo la suficiente experiencia como para opinar sobre ciertas metodologías y situaciones pero si a día de hoy continúan surgiendo este tipo de situaciones, psicólogos que hablan de Dios en procesos psicológicos, pacientes a los que no les ha funcionado... Y entonces es cuando yo me pregunto: ¿Son los profesionales los que no derivan a otro profesional o los pacientes que no saben a cuál acudir?

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido interesante este post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia, España). ¡Feliz día! :)

viernes, 6 de noviembre de 2015

PSICOLOGÍA VS PSIQUIATRÍA

A día de hoy aún existen personas que confunden la psicología con la psiquiatría y viceversa. Y no les culpo, la verdad es que las películas, los relatos, los mitos y leyendas urbanas nos han hecho mucho daño y han contribuido a una gran confusión, ya no de términos, sino de profesiones.


Entonces, ¿Cuál es la diferencia? En este post lo resumiré de forma breve sin entrar en matices para que se entienda de forma fácil y rápida.

Aunque la profesión de ambos profesionales se destina a la salud mental de las personas cada una se realiza y se destina a una causa diferente:

PSICÓLOGO
PSIQUIATRA
Salud mental
Salud mental
Licenciado en Psicología
Licenciado en Medicina
Problemas emocionales, trastornos de la conducta, trastornos de ansiedad, estado de ánimo, alimenticios, del sueño, etc.
Trastornos mentales graves
Pacientes que no requieren medicación
Pacientes que requieren medicación
Profesional que no receta medicamentos
Profesional que puede recetar medicamentos

Ambos profesionales no tienen la misma formación. Mientras que el psicólogo ha realizado la carrera de Psicología formándose durante 4 o 5 años, el psiquiatra se ha formado en medicina durante 6 años. Posteriormente, el psicólogo se ha especializado en un tipo de tratamiento, especialidad psicológica, metodología o enfoques diversos completando su formación, mientras que el médico se ha especializado en Psiquiatría. 

¿Para qué psicólogos habiendo psiquiatras?

Parece mentira, pero sí, hay personas que se han llegado a plantear esta pregunta. Cada uno es especialista de un tipo de problemáticas, es por ello que no iremos al otorrinolaringólogo si nos duele un diente, ya que para eso está el odontólogo, o tampoco iremos al gastroenterólogo si tenemos un problema en los ojos, ya que para eso está el oftalmólogo, aunque todos ellos se centren en el bienestar físico de las personas, cada uno se encuentra especializado en un tipo de problemática.

De esta forma, ocurre lo mismo en la salud mental, los psicólogos se ocupan del bienestar mental de las personas, menos en aquellos casos en los que el problema es crónico o es un trastorno mental severo que requiera de un control de medicación, en dicho caso, se encargan los psiquiatras.

¿A qué profesional de salud mental tengo que acudir?

Si tienes un problema emocional o de conducta es importante que acudas a un psicólogo cuanto antes mejor. Si tu problema es crónico o más severo y requiere de medicación será el psiquiatra quien se ocupará de tu caso. No obstante, si es la primera vez, siempre puedes consultar con el psicólogo y éste podrá evaluar tu problemática, y si lo considera oportuno, te derivará al profesional más adecuado en psiquiatría para que trabaje con tu caso.

Por ejemplo, no es lo mismo tratar con una persona que tiene una depresión de hace varios meses (la qual sería tratada por un psicólogo) a tratar con una persona con depresión crónica que lleva ya muchos años y necesita de medicación para poder incluso levantarse de la cama.

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martes, 20 de octubre de 2015

QUE SEA PSICÓLOGO/A NO SIGNIFICA QUE...

En este artículo no vas a encontrar una nueva pauta, estrategia o consejo. Es un post mucho más personal, un post en el que quiero hablar del rol del psicólogo “fuera de acción”.

Los psicólogos en nuestro día a día nos exponemos ante muchas personas desconocidas que acuden a nosotros en busca de ayuda. Nosotros, como profesionales que tenemos una siempre actualizable formación en el ámbito y una siempre mejorable experiencia, tenemos que hacer frente a una gran cantidad de mentes, cada una funcionando a un ritmo distinto, cada una de un mundo distinto, con sus previas vivencias, cada una con diferentes pensamientos, cada una…única. Los psicólogos siempre nos ponemos en el lugar del otro, y ahora en este post vamos a dar la vuelta a la tortilla e intentar que los demás entiendan nuestra postura.

Como personas, no vivimos por o para la psicología, aunque ésta forme parte de nuestra vida, sino que es nuestra profesión a la que dedicamos cada día muchas horas con pasión. Es por ello que fuera de nuestro rol como psicólogos no dejamos de ser personas que tienen su vida, sus amigos, familia, pareja, aficiones, etc.

Como profesionales somos responsables de transmitir durante nuestro ejercicio profesional una buena imagen y actitud, dejando a un lado nuestras creencias. No obstante, siempre nos exponemos a las críticas y prejuicios de los demás.


Con esto quiero decir que, el hecho de que sea psicóloga no significa que fuera de consulta las cosas no me lleguen a afectar, que no llore nunca (no soy de hierro), o incluso que nunca tenga conflictos con otras personas, aunque mi profesión me permita conocer otra forma de gestionar los problemas.

Que sea psicóloga no significa que no pueda salir con amigos, que no pueda cantar, bailar, reír hasta que me duela la barriga o incluso tomar alguna copa.

Que sea psicóloga no significa que no pueda pasar por un duelo o la ruptura de la relación con otra persona.

Que sea psicóloga y tenga un servicio de atención psicológica no significa pueda atenderte justo en ese determinado momento, como si se tratase de un super héroe que ha de acudir al rescate cueste lo que cueste. Como en cualquier otro servicio sanitario, existe una lista de citas.

Que sea psicóloga no significa que sea adivina o maga y que por tanto pueda solucionar tu vida en una sesión con un chasquido de dedos, y que además, sin conocerte ni saber de tu historia, pueda darte pautas y estrategias casi “mágicas”.

Que sea psicóloga no significa que en la calle o por las redes sociales, pueda atenderte como si de una sesión de terapia se tratase.

Que sea psicóloga no significa que en mi vida cotidiana no pueda enfadarme o sentir miedo, no soy un robot.

Que sea psicóloga no significa que todo lo que me rodea lo vaya a interpretar como una extensión de la psique de los demás, no todo tiene un significado psicológico.

Que sea psicóloga no significa que en mi vida personal no puedan hacerme fotos cuando estoy en mi tiempo libre, cuando me voy de viaje o cuando me voy a cenar con amigos.

Que sea psicóloga no significa que no pueda ir durante mis vacaciones a tomar el sol con mi biquini, salir a hacer deporte, o incluso, ¡por que no!, disfrazarme.

Que sea psicóloga no significa que deba tener el doble de edad para ser una mejor profesional, los años que uno tiene no lo son todo.

Que sea psicóloga no significa que tenga que estar 24 horas disponible para mis pacientes, como en cualquier servicio, existen unos horarios.

La psicología es nuestra profesión, pero fuera del rol como psicólogos no dejamos de ser personas y tenemos nuestra vida, al igual que tú, el/la que está leyendo esto.


Somos profesionales tolerantes, que no juzgamos a los demás ni por sus comportamientos, ni por sus actitudes, ni por su aspecto, ni por nada… sólo queremos ayudar. Entonces, nosotros también merecemos un respeto, ¿no? Ya no sólo como profesionales, sino como personas humanas que somos. Por desgracia, la psicología aún sigue arrastrando mitos (visita el artículo 'Mito y realidad en la Psicología') que ojalá pronto se disuelvan y podamos ejercer sin esas "etiquetas" sociales.

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha hecho reflexionar este post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia, España). ¡Feliz día! :)

lunes, 22 de junio de 2015

10 PASOS PARA QUERERTE MÁS

En el artículo 10 beneficios de quererse a uno mismo, pudimos ver todo lo que nos aporta el querernos a nosotros mismos. Pero, ¿qué podemos hacer para querernos? Se dice que el primer amor de tu vida ha de ser el amor sano e incondicional a uno mismo. Quererse a uno mismo de forma sana no tiene nada que ver con el egoísmo, el narcicismo o la superioridad. De echo, muchas de las personas que tienen esta forma de ser y de actuar, suelen tener una baja autoestima, pero crean ese carácter como escudo social.


No te puedo dar un libro de instrucciones para que llegues a aumentar tu autoestima, ya que cada persona presenta una concepción diferente de sí misma. Pero hoy sí puedo hablarte de 10 aspectos a tener en cuenta para que empieces a quererte más:

Mírate con otros ojos: deja de sentirte como la persona que es el/la herman@ de… o el novio o novia de… o el hijo de… y empieza a ser tú, a ser como quieres ser sin que te digan como tienes que ser. No tengas miedo a lo que puedan decir los demás, cada cual tiene su historia, cada cual tiene su vida. Las personas estamos echas para ser únicas, no ser una copia de nada ni de nadie. Mírate como lo que eres, una persona que puede empezar a ser única y especial en la medida en que te lo creas. No es que lo diga yo sin conocerte, es que no somos robots :)

Haz pequeños cambios en tu vida. Quizás es momento de hacer un cambio de "look", cambiar la decoración de tu cuarto, cambiar tu vestuario por otros colores, organizar ya de una vez tus apuntes, hacer un viaje a un lugar que no conoces, llamar a esa persona que hace tiempo que no llamas, decirle a tus padres todo lo que piensas, empezar ese proyecto que tanto deseas, etc. Ver las cosas que te rodean con otros ojos te permitirá ver las cosas de otra forma. Muchas veces salir de la monotonía nos permite tener la mente más despejada y abrirse a nuevos conceptos del mundo y de nosotros mismos.

Cambiar la jerarquía de tu mente: Tu mente es una jerarquía de prioridades. Te animo a que cojas un papel, escribas todo aquello que te importa en la vida, ahora haz una jerarquía y en la parte de abajo pon: “YO". Hay que empezar a ver qué es importante en tu vida y que no. En ocasiones nos preocupamos por cosas que ni siquiera nos incumben, empieza a pensar en ti, en cómo te sientes y qué es lo que quieres en tu vida.

Haz algo que te llene: empezar esos hobbies que siempre te han gustado y que nunca te has atrevido a hacer es un buen paso. Pintar, correr, fotografíar, cocinar, tocar un instrumento, cantar, ayudar en una ONG, etc. y si no te sale bien, ya sabes, nadie empezó siendo excelente.

Empieza a buscar todas tus cualidades positivas: tienes muchas cualidades positivas, no todos somos buenos en todo, ni todos somos malos en todo. Busca aquello que se te da bien, que alguna vez te han dicho que les ha gustado de ti y poténcialo. No descuides tus debilidades, entrénalas hasta que se conviertan en fortalezas.

Dejar el pasado atrás, todos cometemos errores, deja ya de lamentarte por ello, no se termina el mundo ni eres un fracasado. Nadie va a cogerte y levantarte, coge fuerzas y adelante. ¡Acepta esos errores ya de una vez! Todos hemos hecho cosas de las que nos hemos arrepentido, el primer paso para poder aceptar los errores es darse cuenta de ellos. Fallar no te convierte en mala persona, en una desgraciada, en un torpe, en un tonto, siempre estas a tiempo de pedir perdón y rectificar.

Aceptar el presente: En definitiva, vivir el ahora es importante, vivir cada día como momentos únicos que se presentan y oportunidades que, créeme, muchas veces no vuelven a suceder.

Mirar al futuro de forma realista: no crearte falsas expectativas, ni adelantarse de forma catastrófica tal y como hablé en el artículo “¿SOMOS ADIVINOS? La profecía autocumplida”. Plantarse metas y objetivos persiguiendo aquello que deseas, como dije en el artículo "LUCHAR POR UN SUEÑO", hará que tengas un propósito cada día con el que te sientas un/a luchador/a.

Consulta con un profesional: por último y más importante decir que, un libro de autoayuda, un artículo como este o una frase alentadora te puede ayudar a dar el paso para empezar a aumentar tu autoestima, pero la ayuda que te puede proporcionar un profesional de la salud, como un psicólogo, no es sustituible por ningún otro recurso. Es por ello que si tienes pensamientos recurrentes como los que hablé en el artículo: LOS 4 PENSAMIENTOS MÁS DESTRUCTIVOS, o sueles estar en bajo estado de ánimo, te animo a que acudas a un profesional. Te será de gran ayuda.

No se si llegados a este punto te habrás dado cuenta de que sólo hay 9 aspectos y no 10. Esto no dejan de ser aspectos a tener en cuenta, es por ello que el número 10 me gustaría que lo aportases tú. ¿Qué crees que aumentaría tu autoestima? ¿Qué harías para quererte más? ¿Que te ha servido hasta ahora? Busca aquello que siempre te hace sentir grande.

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido interesante el post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y recibirás todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y presencialmente en la red de psicólogos en Gandia (Valencia). ¡Feliz día! :)

lunes, 4 de mayo de 2015

¿CAMBIAMOS EL CHIP?: La Reestructuración Cognitiva

"El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino" (Stephen Crane)

¿Te imaginas que nuestra mente fuese un chip que pudiésemos reemplazar? Podríamos cambiar fácilmente todos esos pensamientos odiosos que nos paralizan y no nos permiten avanzar, ¿verdad? Desafortunadamente ésto no es posible, pero la opción más parecida que disponemos es la Reestructuración Cognitiva.


Como psicóloga especializada en Terapia Cognitivo-Conductual, una de las terapias mejor reconocidas a nivel mundial, me gustaría en este post acercarles a una de las técnicas que se usa en éste tipo de terapia.

El objetivo de esta técnica se podría decir, de forma coloquial, que consiste en un cambio de chip mental. La persona mediante la Reestructuración Cognitiva realiza un cambio de pensamiento. No se pretende que la persona olvide lo que le ha sucedido en su vida, como el flash de los "Men in Black", pero sí centrarse en los pensamientos que pueden realmente ayudarle a seguir adelante, enfrentándose a sus miedos y eliminando así su malestar.

Es increíble como un solo cambio de pensamiento es capaz de hacer que veamos las cosas de otra forma y que demos un giro de 180º a nuestra vida.

¿Qué tipos de pensamientos hay?

Es importante diferenciar dos tipos de pensamientos:

Pensamientos racionales: son aquellos que se basan a nivel objetivo en nuestra experiencia, es decir, se corresponden con la realidad.

Pensamientos irracionales: son aquellos que no cuentan con suficientes datos reales y objetivos en qué apoyarse. Son aquellos que dan lugar a un malestar emocional e interfieren en la consecución de nuestros objetivos.

¿En qué consiste la Reestructuración Cognitiva?

La reestructuración cognitiva tiene dos pasos importantes:
  1. La detección de las ideas irracionales: es importante poner a prueba el pensamiento para ver si es un pensamiento irracional. La puesta a prueba se realiza mediante una serie de preguntas que ponen a prueba su objetividad y su utilidad para ver si realmente ese pensamiento nos sirve. Ya que, en tal caso, si vemos de primera mano que no nos beneficia y no se corresponde con la realidad, es más fácil desecharlo.
  2. El reemplazo de pensamiento: para el reemplazo de pensamiento, se busca una alternativa de pensamiento que pueda luchar contra ese pensamiento negativo, es por ello que debe cumplir una serie de aspectos: tiene que estar formulado a ser posible de forma positiva, ser concreto y específico. Durante el reemplazo de pensamiento, el terapeuta puede ayudar a encontrar ese pensamiento, puesto que es una tarea costosa en alguien que se levanta y lleva consigo cada día ese pensamiento en su mente. No obstante, es decisión de la persona  el elegir el pensamiento que crea mejor sustituto.

Entonces, ¿Aprender a pensar bien es posible?

Sí. Sin embargo, no es un proceso que se realiza por arte de magia. La persona necesita poner en práctica su cambio de pensamiento, ser constante y entregada en ello. Es por eso que se requieren de sesiones de terapia, que se pueden alargar según lo arraigado que se encuentre el pensamiento. Ten en cuenta que un pensamiento negativo puede venir desde la infancia y si, además, se presenta desde que uno se levanta hasta que se acuesta, son muchas horas para convencerse a si mismo de la importancia de ese pensamiento en su vida.

Durante el proceso, el profesional se convierte en una especie de entrenador mental que guía a la persona en su aprendizaje por pensar de forma sana. Ante todo, el profesional debe respetar cualquier creencia o ideal. La persona está en su derecho de creer aquello que le importe en su vida, no hay que quitarle importancia a los pensamientos, por absurdos que puedan parecer a entendimiento de otros. Asimismo, el psicólogo que aplique este tipo de técnica es importante que esté formado en Terapia Cognitivo-Conductual para saber cómo manejar este tipo de sesiones.

Recuerda: Los pensamientos, al igual que los aprendemos, los podemos desaprender. Cambiando tu mente puedes cambiar tu vida.

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lunes, 20 de abril de 2015

NIÑOS CON ANSIEDAD: Señales y actuación

Cuando aparece ansiedad durante la infancia o adolescencia es un claro signo de que algo en el niño o la niña le está perturbando emocionalmente. Los padres o tutores, son el pilar fundamental de los niños durante su crecimiento, son las personas que tienen como referencia para aprender formas de reaccionar y enfrentarse al mundo.


Si los padres del niño o niña son ansiosos, esa ansiedad pueden transmitirla al niño con ciertas frases como: “no te subas ahí que te harás daño”, “hoy no saldremos de casa que hace mal tiempo y nos puede caer un rayo”, “dámelo, que tú no vas a poder”, “con el viento que hace si nos cae algo en la cabeza…”, y créeme, esas frases pueden afectarle hasta en la vida adulta.

Está claro que proteger a los hijos es algo esencial, no se quiere que les pase nada, pero, es importante que experimenten también por su cuenta, que investiguen, se caigan, que vean que no hay que vivir con miedo. Es por ello que la sobreprotección hacia los hijos favorece la aparición de ansiedad. Al igual que otras actitudes como el conformismo, la impaciencia o la excesiva perfección, promueven que el niño en futuras situaciones no se vea capaz de afrontar las dificultades por si mismo.

¿Qué señales podrían indicar que el/la niño/a sufre ansiedad?
  • Temor a encontrarse solo (no quiere ir al colegio o a dormir a la cama).
  • Llora con frecuencia o se encuentra triste.
  • Se muerde las uñas, le sudan las manos o mueve las piernas y manos.
  • Le suele doler el estómago o la cabeza.
  • Se encuentra irritable o tiene rabietas.
  • Tiene dificultades para concentrarse
  • Es muy perfeccionista en sus tareas y se preocupa en exceso.
  • Se asusta con facilidad.
  • Duda mucho, es muy indeciso.
  • Le causa mucha vergüenza o especial reparo relacionarse con los demás.
  • Se levanta con sobresalto y tiene muchas pesadillas.
  • Necesita ir acompañado a cualquier sitio.
  • Renuncia a realizar actividades que le gustaban.

¿Cómo actuar ante la sospecha de ansiedad en el menor?

Es importante contactar cuanto antes con un profesional de la psicología que posea conocimientos acerca del tratamiento de la ansiedad, para que pueda trabajar tanto con los padres como con el niño en pautas y estrategias para afrontar su malestar.

En el caso de los padres, las estrategias se enfocarán a la hora de indicar qué frases y actitudes favorecen una mejor respuesta del niño en el entorno. Además, lo importante es que los padres sepan proporcionarle al niño varias opciones de respuesta para que pueda aprender de sus errores y de sus acciones. En el niño, el trabajo fundamental será en su autoestima, su autoconcepto y sus habilidades sociales. No obstante, éste es un trabajo que no sólo recae en el profesional, sino también dependerá de la colaboración de los más allegados.


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martes, 7 de abril de 2015

¿POR QUÉ A MI?

Desde que somos pequeños intentamos buscar explicación a cada una de las cosas que nos suceden, de hecho, todos pasamos por una etapa llamada “la etapa de los porqués” puesto que estamos en plena “investigación” de nuestro mundo y de lo que ocurre a nuestro alrededor. Queremos saber la causa de todo.


Cuando nos hacemos mayores, esta búsqueda de explicación en algunas personas no termina, y cuando les ocurre una desgracia se preguntan: “¿Qué me pasa, tendré mala suerte?”,“¿Es que soy un desastre?”, “¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?” es entonces cuando pensamos que el mundo está en nuestra contra y nos da mucha rabia.

Antes de continuar leyendo ten una cosa clara: tú no eres culpable de cada una de las cosas que ocurren a tu alrededor. Tampoco pienses que pasa por alguna razón o incluso que te lo mereces. Simplemente las cosas pasan y muchas veces son incontrolables, el objetivo es no buscar el POR QUÉ de las cosas, sino el CÓMO hacerles frente. Asimismo, cuando a varias personas les ocurre una misma situación se tiende a pensar: “¿Por qué yo he actuado así y él/ella no?”, “¿Por qué yo me siento así y él/ella no?"...


Todo ello tiene que ver con estos 5 aspectos que hay que tener en cuenta sobre nosotros mismos:
  • La educación: según la educación que hemos recibido durante nuestra vida a través de la escuela, los padres y familiares, aprendemos una forma diferente de ver el mundo y de adquirir conocimientos. Es por ello que la mayoría de las cosas, al igual que nuestra forma de actuar, las adquirimos por aprendizaje y por experiencia.
  • La personalidad: cada persona forja su personalidad y con ella una actitud frente a las situaciones. Por ejemplo: una persona tímida atenderá de forma diferente aquello que pasa a diferencia de una persona extrovertida, no es que una personalidad sea mejor que otra, son diferentes formas de proceder frente a una misma cosa.
  • La interpretación de las cosas: la interpretación de lo que sucede a nuestro alrededor tiene mucho que ver con cómo nos lo tomamos y cómo reaccionamos a ello. Es por ello que, cuando algo lo interpretamos como amenazante o negativo vamos a reaccionar de diferente forma que si de algo positivo se tratase.
  • Las creencias, valores e ideas preconcebidas: cuando nosotros tenemos forjadas unas creencias, unos valores y unas ideas, éstas conforman nuestra forma de ver el mundo, aquello que es justo y lo que no, aquello que tendríamos que hacer y lo que no, lo bueno y lo malo, lo que es correcto y lo que no, etc.
  • La atribución de un hecho: todas las cosas que nos suceden las atribuimos en interno o externo y en controlables o incontrolables, y en función de ello nos afecta de una forma u otra. Aquellas cosas que atribuimos de forma interna son aquellas que son de nuestra responsabilidad, a diferencia de las externas. Y aquellas que consideramos incontrolables son las que no podemos predecir que sucedan, a diferencia de las controlables. Por ejemplo: no es lo mismo decir: “el profe me ha suspendido matemáticas” que “he suspendido matemáticas”. Es decir, todo tiene que ver en si somos capaces de ver cuando somos responsables de ello y cuando no.
Cuando todo parece salir mal, pensamos que el mundo está "compinchado" para hacernos la "puñeta", pero no hay un complot, ni hay mala suerte, todo es cuestión de pensamiento y actitud. En terapia psicológica se suelen trabajar este tipo de pensamientos para que las personas dejen de ver ese acontecimiento como un muro, y empiecen a verlo como un puente al que tienen que hacer frente y atravesar.

Es por ello que, cuando una persona intenta siempre buscar el “porqué” ha pasado algo, puede dejar de hacer cosas por "miedo a" y llevarla a una gran desesperación que a largo plazo puede derivar en depresión. Por muy extraordinario que parezca, no existe un por qué concreto para cada una de las cosas que nos suceden, hay que verlo como un conjunto de acontecimientos y circunstancias.


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martes, 22 de julio de 2014

MITO Y REALIDAD EN LA PSICOLOGÍA


MITO: “Para ir a terapia es necesario sentirse muy mal, tener un trauma o pasar por un suceso chocante“.
REALIDAD: A terapia se acude cuando la persona no tiene los suficientes recursos conductuales y emocionales para poder afrontar y solucionar un problema, y ello le impide realizar su vida de forma plena.

MITO: “El terapeuta te analiza constantemente, sabe lo que estás pensando.”
REALIDAD: El terapeuta estará atento a la expresión de cada una de tus necesidades, pero no tiene la capacidad de leer tu mente. Cada aspecto que digas no va a ser “analizado”.


MITO: “Simplemente es alguien que sabe escuchar.”
REALIDAD: Esa es una cuarta parte de todo lo que realiza el terapeuta. Ha de escucharte para prestar especial atención a todo lo que le estés contando, pero detrás existe un gran trabajo de preparación de las sesiones, materiales, recopilación de datos, estructuración del tratamiento, etc.

MITO: “Ir a terapia es muy caro.”
REALIDAD: Cualquier precio es relativo en relación a lo que estás invirtiendo con él. ¿Cuánto pagarías por un móvil, y por ir a la peluquería, y por comprarte ropa, y por un viaje, y por ir al dentista, y por mejorar tu calidad de vida? Todo es relativo, se invierte el dinero en relación a lo que cada uno necesita en ese momento de su vida.

MITO: “Te puede dar pastillas.”
REALIDAD: Los terapeutas no podemos recetar pastillas. Personalmente no soy partidaria de ellas, hablando en términos de: somníferos, antidepresivos, ansiolíticos, etc. puesto que a corto plazo te pueden ayudar, pero a largo plazo sigue persistiendo el problema. Con otros hábitos de vida se pueden llegar a ver cambios efectivos.

MITO: “Esos están todos locos.”
REALIDAD: “Hay un cierto placer en la locura que sólo el loco conoce” (Pablo Neruda).

MITO: “No me va a entender si él/ella no ha pasado por lo que yo.”
REALIDAD: Al igual que el/la médico/a no ha pasado por todas las enfermedades del mundo para tratarlas, los terapeutas, aunque no han pasado por todas las problemáticas en su vida, tienen los suficientes conocimientos para poder ayudarte con tu problema.




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domingo, 20 de julio de 2014

¿TU PRIMERA SESIÓN EN TERAPIA?



Si vas a acudir a terapia por primera vez, estás pensando en ello o te gustaría ir pero no sabes muy bien cómo puede ser una primera sesión, en este post resolveré algunas de tus incógnitas.

La primera sesión es siempre una primera toma de contacto. Es la primera vez que ambos os veis, de modo que, al igual que comenté en el anterior post (Cómo saber si es "tu" terapeuta) es normal sentirse un poco incómodo o nervioso, pero ante todo, el terapeuta respetará tu decisión de no contar ciertos aspectos si no lo deseas.


En primer lugar, el terapeuta suele dedicar unos minutos a explicar cómo se estructuraran las sesiones, frecuencia, duración, etc. También te puede explicar su forma de trabajar y de llevar a cabo las sesiones y los tratamientos. A continuación, y siempre dependiendo del quehacer del terapeuta, las primeras sesiones suelen dedicarse a recogida de información. Es decir, el terapeuta te puede realizar preguntas abiertas en relación a tu problema, tu vida cotidiana, sucesos, etc. y preguntas más cerradas como tu edad, aunque la mayoría de respuestas se van contestando solas en la medida en la que se van abarcando las diferentes áreas de tu vida: familia, trabajo, amistad, ocio,etc.
 
En estas primerizas sesiones puede parecer que te esté entrevistando, pero hay que tener en cuenta que es necesaria toda esa información para que conozca al detalle tu motivo de consulta. Desde mi punto de vista, cada persona es única y hay que verla como tal. Tómatelo como una conversación, ante todo no te sientas forzado/a a nada, recuerda, es una primera sesión.

Además, hay que tener en cuenta que en una primera sesión nunca se resuelve nada.  Entiendo que muchos sentimos la necesidad de resolver nuestra pesadumbre cuanto antes mejor, pero el terapeuta tiene que conocerte para poder saber qué aspectos ha de tener en cuenta y saber la mejor forma de abarcar la problemática en tu caso.

Para finalizar, destacar que es importante tu participación y colaboración en cada una de las sesiones para que tú mismo/a puedas ver resultados a corto y a largo plazo. Ante todo, la motivación es un aspecto fundamental, de modo que si acudes por obligación o inducido/a por otra persona, antes de acudir hazte esta pregunta: ¿Cómo crees que la terapia te puede ayudar? Igual tu respuesta es “no creo que pueda” pero te animo a que des el paso, igual te sorprendes :)




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