Seguro que alguna vez habéis sentido un nudo
en la garganta muy molesto que os impide tragar con normalidad. Este “nudo”, también
llamado bolo histérico, supone una de las somatizaciones más frecuentes de
nuestro estado de ánimo. En nuestro día a día sufrimos por situaciones, tenemos
conflictos y nos preocupamos por aspectos a los que no encontramos solución,
este tipo de preocupaciones se derivan en somatización, es decir, el cuerpo
expresa de forma orgánica ese malestar. Al igual que el nudo en la garganta, otras
de las somatizaciones más frecuentes suelen ser: el dolor de cabeza, el nudo en
el estómago y dolor de barriga.
Este tipo de dolencias, al ser físicas, no
se suele pensar en que su origen puede también ser psíquico, de modo que
tenemos la mala costumbre de recurrir a lo físico como: “me habrá sentado mal
la comida”, “igual tengo un virus”, “tendré acidez por haber comido demasiado”,
etc. Y como tal, tendemos a solucionarlo con una pastilla o con algún remedio,
y aunque se nos pase el “efecto” físico, lo emocional no ha sido resuelto
dentro de nosotros.
¿Qué
ha podido causar ésta molestia?
Conocer las causas que pueden provocar este
tipo de molestias pueden ayudarte a comprender mejor su manifestación. En este
caso te lo puedo resumir con una palabra: ansiedad. Aunque no hayas estado
expuesto a ese problema, puedes haber visualizado la situación o haber tenido
pensamientos negativos y angustiantes. Esto crea una ansiedad anticipada, que
es una de las mayores causas de este tipo de somatizaciones.
¿Cómo
puedo evitarlo?
- Céntrate en el presente: ésta es la principal arma contra la ansiedad anticipada, y es que adelantarse a lo que puede venir nos supone una angustia que podemos evitar centrándonos más en el aquí y ahora (ver post "nuestro piloto automático")
- Enfréntate a tus miedos: Toma conciencia de tus miedos y desarrolla nuevas estrategias para luchar contra ellos, que éstos no puedan contigo, ¡tú tienes el control! ;)
- Saca tus emociones: en ocasiones nos callamos por no entrar en conflicto, nos reprimimos por no llorar, nos aguantamos la risa, nos enfadamos y no lo expresamos, etc. todas estas limitaciones que ponemos en nuestras emociones se acumulan dentro de nosotros. Encuentra tu momento y grita tan fuerte como quieras, llora, rie, baila, dale fuerte a una almohada y descarga toda esa energía acumulada. Dile a esa persona todo aquello que te gustaría decirle o escríbelo en una carta y quémala para siempre, el objetivo es que salga de tí.
- Tomate un respiro: en nuestra sociedad solemos experimentar estrés de forma habitual (ver post "el estrés un triturador"), es por ello que, darse un tiempo para uno mismo y relajar el cuerpo aliviando tensiones innecesarias nos ayuda a recuperar esa salud que tenemos abandonada.