Mostrando entradas con la etiqueta autoconcepto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta autoconcepto. Mostrar todas las entradas

jueves, 10 de mayo de 2018

ESTO NO SE ENSEÑA EN LA ESCUELA



He reunido en este post lo que los niños no son capaces de materializar con palabras, bien porque son demasiado pequeños para expresarse o bien porque no tienen los recursos comunicativos para ello. Son aspectos que cualquier persona a cargo de niños y adolescentes ha de tener en cuenta. En especial los padres y madres, ya que son los pilares fundamentales de la infancia de cualquier infante o adolescente.



Mamá, Papá…

Quiero que me entendáis, porque a veces, ni yo mismo me entiendo. El mundo es un ir y venir de cosas nuevas para mí. Hazme saber que tú fuiste niño o niña alguna vez, que te encontraste en situaciones parecidas a las mías, y cómo, con el tiempo, les hiciste frente.

Explícame las responsabilidades pero de forma fácil de entender. El “porque sí” o “porque no” o “porque lo digo yo” ¿A ti te serviría si alguien te lo dice? Necesito entender el mundo, ayúdame. No hace falta media hora de explicación, quiero frases breves y simples.

No me pongas más edad de la que tengo, ni tampoco menos edad. Tengo la edad que tengo y no puedo hacerme cargo de ciertas responsabilidades aún, todo a su tiempo.

Tus agobios no son míos, ya llegará el día en que yo tenga que pensar en todas esas situaciones frustrantes y angustiosas. Ahora solo necesito llenar mi mente de imaginación, ilusiones y sueños. Déjame disfrutar de estos años de inocencia.

Ponme límites, porque si por mi fuera lo querría todo. No seas permisivo/a conmigo, si me lo consientes todo cuando sea más mayor no toleraré el “NO” y me frustraré sin motivo. Tengo que aprender a valorar las cosas, a que todo esfuerzo bien hecho tiene su recompensa.

Mi noción del paso del tiempo no es la misma que la tuya, ni pretendas que lo sea, ya que el esfuerzo será en vano, tú vives mucho en el mañana, mi visión del futuro no va más allá del momento que estoy viviendo ahora.

No me digas que “si estudio cuando sea mayor podré ser lo que quiera”, no servirá de mucho, ya que bien sabes que igual cuando sea mayor prefiero dedicarme a otra cosa bien distinta a lo que digo ahora. Aún tengo un largo camino que recorrer en mi autoconocimiento, no me conozco suficiente como para decidir mi futuro. Motívame y dime la importancia que tiene para mi pasar de curso e ir dando pequeños pasos para aprovecharlo en mi presente. Recuérdame la importancia que tiene aprender para saber más cosas sobre el mundo que me rodea.

No soy igual que nadie, no me compares con mis hermanos/as, con mis amigos/as, compañeros/as o incluso con hijos/as de conocidos/as. No hemos vivido lo mismo, no tenemos los mismos valores, ni nos hemos criado con la misma familia. Nuestra personalidad es diferente y no pretendas que actúe igual.

Cuidado con ponerme etiquetas. No soy torpe, ni vag@, ni tont@, ni bob@… He actuado alguna vez con torpeza, quizás en ocasiones no tenga ganas de hacer mis responsabilidades, puedo actuar con cierto desentendimiento, y puedo parecer despistado o incluso que me evado y cometo errores, pero eso forma parte de cualquier experiencia humana. Sé que lo dices sin querer, pero al final me lo creeré, porque todo lo que tú digas de mi me importa demasiado.

No me quites todas las piedras de mi camino, porque el día que me encuentre rodeado de ellas no sabré que hacer y siempre dependeré de ti o de alguien que como tú me las quite el resto de mi vida. Sé que quieres que me vaya todo bien, no quieres que sufra y quizás tener lo que tú de pequeñ@ no tuviste, pero eso no me ayuda en mi crecimiento personal. Necesito caerme y volver a levantarme, necesito sentir lo que es errar para no tomármelo como un fracaso sino como un aprendizaje.

Quiero que seas mi mejor ejemplo a seguir. No tengo a nadie más de referencia, porque yo convivo contigo y eres mi pilar fundamental. Lo que tú haces yo lo veo, lo tomo de muestra y lo copio. Tus palabras, tus gestos, tu manera de desenvolverte en el mundo, es lo que yo al final tomaré como natural y parte de mi entorno.

Sé que quieres que sea el/la mejor de todos, que triunfe, que pueda hacer de todo, pero a todos no se nos dan bien las mismas cosas. Poténciame aquello que ves que se me da bien, ya que si me propones quizás no esté preparado/a para decir que “no” y me dejo guiar por las proposiciones que tú crees conveniente. ¿A ti te gusta todo? No, ¿verdad? A mí tampoco, por favor ayúdame a encontrar la motivación en lo que hago.

Aún soy pequeño/a y moldeable, aprovecha para enseñarme el valor de las cosas, a ver el lado positivo de lo que nos rodea. Enséñame nuevas alternativas de comportamiento, de actitudes y respuestas ante situaciones cuotidianas que nos suceden. Algún día seré mayor, algún día seré como tú, pero recuerda, no seré igual, o eso espero, porque tendré que adaptarme a nuevos medios.

Interésate por lo que me gusta, por lo que me divierte y lo que me motiva, al final es lo que me hace estar alegre y te ayuda a conocerme. Ayúdame en aquellas cosas que no entiendo, necesito saber que tengo a alguien a quien preguntar. Tú también no entenderás cosas y cometerás errores, se el mejor ejemplo que me das y enséñame a pedir “perdón” y rectificar.

No intentes comprar mi cariño con cosas materiales, lo único que tiene valor en mi vida es pasar más tiempo contigo. Sé que trabajas, que estás cansado/a, pero busca un hueco para estar conmigo, porque relacionarme con mi familia y con otra gente es lo que realmente me enriquece. Lo material es pasajero pero los momentos que podemos vivir juntos los puedo recordar toda la vida.

Háblame de ti, dame confianza para contarte cómo me siento o lo que me sucede. No sé con quien hablar, mis amigos/as tienen mi edad y no me pueden ayudar con problemas emocionales, así que solo puedo recurrir a ti. Si no estás abiert@ o no sabes cómo, dame la opción de recurrir a alguien, porque lo que me sucede ahora, mis miedos y problemas pueden afectar considerablemente en mi desarrollo psicológico.

A veces se olvida que todos hemos sido más jóvenes y nuevos en este mundo lleno de sensaciones externas e internas que tenemos que saber interpretar. Y se olvida que estas cosas no se aprenden en la escuela…

sábado, 21 de enero de 2017

EL DÍA QUE CONOCÍ A UNA EXTRAÑA

Un día me desperté, y cuando fui al baño una extraña me miraba desde la otra parte del espejo…

¿Quién eres? – le pregunté.
Soy tú – me dijo con cara de asombro.
No, tú no eres yo… Yo soy diferente.
¿Diferente? Recapacita, no estás igual que siempre.


Me sentía confundida… ¿realmente esa era yo? No puede ser…


Los días siguientes fueron más raros porque esa extraña aparecía cuando menos lo esperaba y sentía que me perseguía por la calle, en cada reflejo, en cada fotografía... Me sentía incómoda, me sentía fuera de lugar…
Siempre que le dirigía la mirada, me hacía malas caras, su aspecto era lúgubre y sin vida, solía mirar al suelo, y además ella iba a la suya, como si el mundo no importara, como si yo no le importara… En ocasiones la veía más ausente, incluso triste, como si fuese a llorar de un momento a otro.

Los días se volvieron grises...

¿Esa extraña era yo?

¿Cuándo me había convertido yo en esa persona?

No podía creerlo… yo no quería estar así.

Entonces empecé a trazar un plan. Si esa era yo, o al menos la extraña insinuaba que lo era, le daría una vuelta de hoja para que fuese más lo que yo quería ser.

Oye. – le dije.
No me molestes. – me contestó de mala gana.
Me gustaría ayudarte.
¿Ayudarme? ¿Para qué? No servirá de nada.
¿Qué te ocurre?
Y a ti que te importa…
Dime ¿cómo te sientes?
¿Me ves con cara de querer hablar?
Creo que sería interesante.
No soy una persona interesante, así que pierdes el tiempo.
Pues yo sí que lo creo y además si no hicieras esas muecas de asco te podría ver la sonrisa alguna vez.
No me hace ninguna gracia esta broma.
Te hablo en serio.


Y tanto que lo hacía… Así que insistí y le insistí varios días. Ella era muy testaruda, cabezota y negativa. Se pensaba que tenía las ideas muy claras, pero a la mínima yo se las desmontaba. Tanto estuvimos hablando que terminamos por conocernos bien y se convirtió en mi mejor amiga.

Entonces, ella cambió…

Bueno, en realidad, las dos cambiamos, y nos lo pasábamos en grande. Nunca había tenido una amiga tan sincera y comprensiva.

Sin embargo, un día me levanté, miré en el espejo y ya no estaba.

En su lugar estaba mi reflejo…

Tuve entonces una sensación extraña…

¿Quién fue realmente? ¿Era yo?

Empecé a echarla de menos, no a la triste y apagada extraña, sino a la alegre y decidida que había conseguido llegar a ser.

Entonces, miré en el espejo, sonreí...

Y la vi…



¿Te ha gustado? Cuéntamelo en redes sociales: Twitter @psicologaribes y Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google +. También es bienvenida tu opinión abajo en comentarios :) Que tengas un buen día.

lunes, 22 de junio de 2015

10 PASOS PARA QUERERTE MÁS

En el artículo 10 beneficios de quererse a uno mismo, pudimos ver todo lo que nos aporta el querernos a nosotros mismos. Pero, ¿qué podemos hacer para querernos? Se dice que el primer amor de tu vida ha de ser el amor sano e incondicional a uno mismo. Quererse a uno mismo de forma sana no tiene nada que ver con el egoísmo, el narcicismo o la superioridad. De echo, muchas de las personas que tienen esta forma de ser y de actuar, suelen tener una baja autoestima, pero crean ese carácter como escudo social.


No te puedo dar un libro de instrucciones para que llegues a aumentar tu autoestima, ya que cada persona presenta una concepción diferente de sí misma. Pero hoy sí puedo hablarte de 10 aspectos a tener en cuenta para que empieces a quererte más:

Mírate con otros ojos: deja de sentirte como la persona que es el/la herman@ de… o el novio o novia de… o el hijo de… y empieza a ser tú, a ser como quieres ser sin que te digan como tienes que ser. No tengas miedo a lo que puedan decir los demás, cada cual tiene su historia, cada cual tiene su vida. Las personas estamos echas para ser únicas, no ser una copia de nada ni de nadie. Mírate como lo que eres, una persona que puede empezar a ser única y especial en la medida en que te lo creas. No es que lo diga yo sin conocerte, es que no somos robots :)

Haz pequeños cambios en tu vida. Quizás es momento de hacer un cambio de "look", cambiar la decoración de tu cuarto, cambiar tu vestuario por otros colores, organizar ya de una vez tus apuntes, hacer un viaje a un lugar que no conoces, llamar a esa persona que hace tiempo que no llamas, decirle a tus padres todo lo que piensas, empezar ese proyecto que tanto deseas, etc. Ver las cosas que te rodean con otros ojos te permitirá ver las cosas de otra forma. Muchas veces salir de la monotonía nos permite tener la mente más despejada y abrirse a nuevos conceptos del mundo y de nosotros mismos.

Cambiar la jerarquía de tu mente: Tu mente es una jerarquía de prioridades. Te animo a que cojas un papel, escribas todo aquello que te importa en la vida, ahora haz una jerarquía y en la parte de abajo pon: “YO". Hay que empezar a ver qué es importante en tu vida y que no. En ocasiones nos preocupamos por cosas que ni siquiera nos incumben, empieza a pensar en ti, en cómo te sientes y qué es lo que quieres en tu vida.

Haz algo que te llene: empezar esos hobbies que siempre te han gustado y que nunca te has atrevido a hacer es un buen paso. Pintar, correr, fotografíar, cocinar, tocar un instrumento, cantar, ayudar en una ONG, etc. y si no te sale bien, ya sabes, nadie empezó siendo excelente.

Empieza a buscar todas tus cualidades positivas: tienes muchas cualidades positivas, no todos somos buenos en todo, ni todos somos malos en todo. Busca aquello que se te da bien, que alguna vez te han dicho que les ha gustado de ti y poténcialo. No descuides tus debilidades, entrénalas hasta que se conviertan en fortalezas.

Dejar el pasado atrás, todos cometemos errores, deja ya de lamentarte por ello, no se termina el mundo ni eres un fracasado. Nadie va a cogerte y levantarte, coge fuerzas y adelante. ¡Acepta esos errores ya de una vez! Todos hemos hecho cosas de las que nos hemos arrepentido, el primer paso para poder aceptar los errores es darse cuenta de ellos. Fallar no te convierte en mala persona, en una desgraciada, en un torpe, en un tonto, siempre estas a tiempo de pedir perdón y rectificar.

Aceptar el presente: En definitiva, vivir el ahora es importante, vivir cada día como momentos únicos que se presentan y oportunidades que, créeme, muchas veces no vuelven a suceder.

Mirar al futuro de forma realista: no crearte falsas expectativas, ni adelantarse de forma catastrófica tal y como hablé en el artículo “¿SOMOS ADIVINOS? La profecía autocumplida”. Plantarse metas y objetivos persiguiendo aquello que deseas, como dije en el artículo "LUCHAR POR UN SUEÑO", hará que tengas un propósito cada día con el que te sientas un/a luchador/a.

Consulta con un profesional: por último y más importante decir que, un libro de autoayuda, un artículo como este o una frase alentadora te puede ayudar a dar el paso para empezar a aumentar tu autoestima, pero la ayuda que te puede proporcionar un profesional de la salud, como un psicólogo, no es sustituible por ningún otro recurso. Es por ello que si tienes pensamientos recurrentes como los que hablé en el artículo: LOS 4 PENSAMIENTOS MÁS DESTRUCTIVOS, o sueles estar en bajo estado de ánimo, te animo a que acudas a un profesional. Te será de gran ayuda.

No se si llegados a este punto te habrás dado cuenta de que sólo hay 9 aspectos y no 10. Esto no dejan de ser aspectos a tener en cuenta, es por ello que el número 10 me gustaría que lo aportases tú. ¿Qué crees que aumentaría tu autoestima? ¿Qué harías para quererte más? ¿Que te ha servido hasta ahora? Busca aquello que siempre te hace sentir grande.

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido interesante el post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y recibirás todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y presencialmente en la red de psicólogos en Gandia (Valencia). ¡Feliz día! :)

lunes, 20 de abril de 2015

NIÑOS CON ANSIEDAD: Señales y actuación

Cuando aparece ansiedad durante la infancia o adolescencia es un claro signo de que algo en el niño o la niña le está perturbando emocionalmente. Los padres o tutores, son el pilar fundamental de los niños durante su crecimiento, son las personas que tienen como referencia para aprender formas de reaccionar y enfrentarse al mundo.


Si los padres del niño o niña son ansiosos, esa ansiedad pueden transmitirla al niño con ciertas frases como: “no te subas ahí que te harás daño”, “hoy no saldremos de casa que hace mal tiempo y nos puede caer un rayo”, “dámelo, que tú no vas a poder”, “con el viento que hace si nos cae algo en la cabeza…”, y créeme, esas frases pueden afectarle hasta en la vida adulta.

Está claro que proteger a los hijos es algo esencial, no se quiere que les pase nada, pero, es importante que experimenten también por su cuenta, que investiguen, se caigan, que vean que no hay que vivir con miedo. Es por ello que la sobreprotección hacia los hijos favorece la aparición de ansiedad. Al igual que otras actitudes como el conformismo, la impaciencia o la excesiva perfección, promueven que el niño en futuras situaciones no se vea capaz de afrontar las dificultades por si mismo.

¿Qué señales podrían indicar que el/la niño/a sufre ansiedad?
  • Temor a encontrarse solo (no quiere ir al colegio o a dormir a la cama).
  • Llora con frecuencia o se encuentra triste.
  • Se muerde las uñas, le sudan las manos o mueve las piernas y manos.
  • Le suele doler el estómago o la cabeza.
  • Se encuentra irritable o tiene rabietas.
  • Tiene dificultades para concentrarse
  • Es muy perfeccionista en sus tareas y se preocupa en exceso.
  • Se asusta con facilidad.
  • Duda mucho, es muy indeciso.
  • Le causa mucha vergüenza o especial reparo relacionarse con los demás.
  • Se levanta con sobresalto y tiene muchas pesadillas.
  • Necesita ir acompañado a cualquier sitio.
  • Renuncia a realizar actividades que le gustaban.

¿Cómo actuar ante la sospecha de ansiedad en el menor?

Es importante contactar cuanto antes con un profesional de la psicología que posea conocimientos acerca del tratamiento de la ansiedad, para que pueda trabajar tanto con los padres como con el niño en pautas y estrategias para afrontar su malestar.

En el caso de los padres, las estrategias se enfocarán a la hora de indicar qué frases y actitudes favorecen una mejor respuesta del niño en el entorno. Además, lo importante es que los padres sepan proporcionarle al niño varias opciones de respuesta para que pueda aprender de sus errores y de sus acciones. En el niño, el trabajo fundamental será en su autoestima, su autoconcepto y sus habilidades sociales. No obstante, éste es un trabajo que no sólo recae en el profesional, sino también dependerá de la colaboración de los más allegados.


¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido interesante el post? Puedes seguirme en Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", Twitter: @psicologaribes, o en Google + y recibirás todas las actualizaciones. ¡Feliz día! :)

jueves, 12 de marzo de 2015

"EL PROFE ME TIENE MANÍA": El efecto Pigmalión en la escuela

Supongamos que nos encontramos en una aula. En la parte izquierda se encuentran los alumnos que sacan mejores notas, y en la derecha están los que fracasan en varias asignaturas. Es un día de examen, el profesor tiene la cabeza agachada, y de pronto oye murmuros. Sin saber quien ha sido, ¿hacia qué parte de la clase creéis que se dirigirá? 

Con mayor probabilidad, el profesor se dirigirá llamando la atención a la parte derecha de la clase, puesto que ha interiorizado que son los “más problemáticos”. ¿Podría haber sido un alumno de la parte izquierda? Por supuesto. ¿Por qué sucede esto?


Seguro que alguna vez habéis oído esta expresión: “el profesor me tiene manía”. ¿Es la interpretación externa del alumno a unos hechos, o es posible que el profesor tenga un trato diferencial hacia los alumnos?

El efecto Pigmalión sucede cuando las expectativas que tiene una persona sobre otra influyen en el comportamiento de ésta última. Éste efecto se explica mucho mejor a raíz de un curioso experimento social realizado por Rosenthal y Jacobson. Se realizó de la siguiente forma: al principio de curso, el profesor recibió una lista de alumnos indicándole que, tras un test de inteligencia, esos alumnos tenían grandes dotes y podían destacar sobre el resto. Al finalizar el curso, los niños que fueron escritos en la lista obtuvieron mejores resultados. Lo que el profesor no sabia era que los alumnos de esa lista habían sido seleccionados completamente al azar. Entonces, ¿por qué sus resultados eran mejores que los demás? (Podéis ver el vídeo-documental <<AQUÍ>>)

La respuesta se encuentra en la gran influencia y poder de las expectativas. Es decir, si el profesor cree que es mal alumno, se centrará en sus errores, mientras que si cree que es buen alumno, se centrará en sus logros. En el caso del experimento, el profesor, tras creer que a esos niños se les podía sacar mucho más, se encargó de que así fuera. ¿Cómo? Si el profesor cree que de un alumno va a sacar provecho, le dejará una mayor participación en el aula, le perdonará más errores, le explicará más detalladamente los conceptos, etc. De este modo, y aunque el profesor no se da cuenta, está fomentando una mayor capacidad de aprendizaje en el alumno, confirmándose así su regla de que éste tiene buenas capacidades. Ésto se llama la profecía autocumplida, que es como el pez que se muerde la cola.


¿Cómo se forjan estas expectativas? Pues a través de nuestra interpretación de lo que observamos, de lo que vivimos, de experiencias pasadas, de la influencia de personas externas, o de la actitud o comportamientos de esa persona. Pero el efecto Pigmalión va mucho más allá, puesto que el profesor no es realmente consiente de cómo sus expectativas están influyendo en el alumno. Y sin embargo, es común que en estos casos el alumno se haga este tipo de preguntas:
  • “¿Porqué a él le ha dejado entregar el trabajo unos días más tarde y a mi no?”
  • “¿Porqué si él se equivoca le da otra oportunidad y a mi no?”
  • "¿Porqué si él habla no le grita y a mi sí?"
  • "¿Porqué en ocasiones ni me pregunta si he hecho el deber?”
  • "¿Porqué si le digo que no lo entiendo a mi no me lo explica?"
Cuando somos pequeños, las expectativas y la confianza que tienen sobre nosotros las personas pilar como el profesor o nuestros padres, son el feedback clave para crear nuestras propias expectativas sobre nosotros mismos, es decir, nuestro autoconcepto y nuestro rol en diversas situaciones. Por ejemplo, cuando a un niño en muchos lugares y durante mucho tiempo se le tacha de “mal alumno”, al final interiorizará dicho rol, de modo que aprenderá que su papel es ese, y habrá ciertas cosas que no podrá hacer. Sin dejar de obviar que dentro de las propias aulas siempre se forman grupos inconscientes. Quien no recuerda al típico contestón o problemático, al vago, al xarlatán, al sabelotodo, al tímido, al extrovertido, etc. ¿Como se forma esto? Lo formamos entre todos, a través de nuestras expectativas.

De modo que, me gustaría recalcar la importancia de fomentar en la escuela un trato igualitario, para que las expectativas que los niños desarrollen de si mismos sean saludables. Ya que, aunque en el experimento, el profesor llegó a explotar las capacidades de los alumnos de la lista, también obvió las capacidades que podían tener el resto de alumnos. 

Asimismo, creo que es verdaderamente importante que cualquier maestro o profesor sea capaz de mantener la mente abierta y valorar sus alumnos de forma objetiva, sin juicios, ni pre-expectativas, puesto que pueden influir tanto positivamente como negativamente en su autoconcepto académico, es decir, en que él crea o no que puede hacer bien sus labores de la escuela.

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha gustado el post? Puedes seguirme en Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", Twitter: @psicologaribes, y en Google + recibirás todas las actualizaciones. ¡Feliz día! :)

miércoles, 26 de noviembre de 2014

10 BENEFICIOS DE QUERERSE A UNO MISMO


La autoestima es el afecto o estima hacia uno mismo, y el autoconcepto, es entendido como los conceptos o características que uno se atribuye, es decir cómo nos vemos a nosotros mismos. 

Una buena autoestima y un buen autoconcepto produce beneficios en la persona a corto y largo plazo en todos los ámbitos de su vida. Como puedes ver, no hablo de “alta” autoestima, ni “alto” autoconcepto, puesto que algo que sea considerado como “alto” o mayor que, no implica que sea saludable. Puesto que por quererse a uno mismo, no se pretende definir a un afán de egocentrismo, ni protagonismo, ni de superioridad, ni de chulería. Sino de quererse de forma sana tal cual uno es, con sus defectos y sus virtudes. 

Y es que en la medida en que una persona se valore, podrá darse la oportunidad de demostrar que vale.


Hoy he recopilado 10 beneficios que una persona puede obtener al quererse a si misma:

  • Mayor seguridad. La seguridad en uno mismo es muy importante, ayuda a enfrentarse a situaciones por las que uno necesita defender su postura sin tener que huir ni esquivar. Nos ayuda a enfrentarnos a nuestros miedos.
  • Mayor autonomía e independencia. El quererse a uno mismo hace que las personas se sientan menos predispuestos a depender de la ayuda de los demás a la hora de tomar decisiones. Que no se sientan en la necesidad de depender de la opinión de otras personas para poder decidir.
  • Imagen positiva hacia los demás. Cuando uno se encuentra a gusto consigo mismo proyecta en los demás una imagen positiva, un entorno agradable que permite a los demás poder abrirse a él. De modo que también proporciona una mayor apertura hacia los demás a la hora de establecer relaciones.
  • Tenerse en cuenta y atender a las necesidades que uno mismo quiere satisfacer. El escucharse dentro de sí mismo, lo que uno reamente quiere en su vida, es esencial para poder encaminar tu vida hacia los objetivos que te hacen estar feliz.
  • Tener más confianza. El tener más confianza en uno mismo, ayuda a que la mayoría de preocupaciones banales se desvanezcan, de modo que aumenta la tranquilidad mental y disminuye el estrés y ansiedad innecesarios.
  • Exprimir las capacidades. Cuando uno mismo cree que puede es suficiente para poder arriesgar y probar. Porque todos podemos llegar a ser más de lo que pensamos, y es cuando uno mismo se centra en aquello que se le da bien y lo potencia, cuando puede llegar a desarrollar muchas habilidades que tenía dormidas.
  • Valorar aquello que se hace aunque sea poco. Cuando una persona se infravalora o subestima, aquello que hace poco le parece, sobretodo aquellas personas que llegan a autoexigirse. Aquella que tiene un aprecio sano de sí mismo, valorará aquellos pasos que da, por muy lento que vaya o por muy poco que haga.
  • Ver el error  como una forma de aprendizaje. Cuando confiamos en que aquello qué hacemos lo podemos hacer mejor, cada uno de los errores no se consideran como consecuencia a una falta de valía sino a una falta de aprendizaje. (Ver post sobre cometer errores)
  • Mayor predominancia de pensamientos positivos. Cuando una persona se siente bien consigo misma, hay más probabilidad de que en su mente predominen pensamientos positivos. Estos pensamientos son los que muchas veces determinan el que una misma cosa sea percibida como algo negativo y que nos puede hacer daño, o que sea percibido como indiferente o positivo.
  • Mayor apertura a la experiencia. El tener un autoconcepto sano nos permite aventurarnos en nuestro mundo hacia nuevos retos, nuevos objetivos, nuevas metas, y abrir la mente a la creación de nuevas ideas con expectativas realistas.
Se dice que para poder dar amor, primero ha de amarse uno mismo. Muchas veces es complicado puesto que la paradoja se encuentra en que si no se recibe amor, el amor hacia uno mismo se puede atenuar. No obstante, hay que tener en cuenta que en la medida en que nos damos la oportunidad de amar, podremos fomentar esos sentimientos en otras personas.


¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha gustado el post? Puedes seguirme en Facebook: "Psicóloga Raquel Ribes", Twitter: @psicologaribes, y en Google + recibirás todas las actualizaciones. ¡Feliz día! :)

miércoles, 24 de septiembre de 2014

QUÉ HACER PARA QUE HAGA LOS DEBERES



“No quiero hacer los deberes”, “ahora no, quiero jugar”, “pero ¿para qué tengo que hacerlos?” “no me gusta hacerlos, qué rollo”… Si tienes hijos es posible que alguna vez hayas escuchado estas frases cuando es la hora de que hagan los deberes de la escuela. Suele parecerles una situación aburrida, por lo que a muchos les cuesta  hacer los ejercicios.


En este post os planteo 8 aspectos a tener en cuenta para que el/la niño/a haga los deberes.

  1. Organización: acordad una hora para hacer los deberes. Que a ser posible todos los días sea a la misma hora ya que de esa forma el niño aprende que cuando llega esa hora hay que hacerlos. Para que se acuerde, haced juntos con colores y pegatinas una lista, un calendario o una agenda de la semana y colgarla en la habitación o en la zona de estudio, así le será mucho más facil visualizar lo que tiene que hacer durante el día y no olvidarse de los deberes. Además ésto le ayudará también a ser más responsable.
  2. Fuera distracciones: el espacio donde se van a realizar los deberes tiene que estar fuera de distracciones como son juguetes, televisión, música, consolas, ordenadores. Si el espacio tiene estos objetos, es importante guardarlos o apagarlos cuando vaya a hacer la faena, puesto que su atención y concentración en la tarea se verán disminuidas. Si se encierra en la habitación dile que cuando termine lo enseñe, para ver lo bien que lo ha hecho y así asegurarte de que los ha completado con éxito.
  3. Que comprenda: en ocasiones los niños no hacen los deberes porque no llegan a comprender lo que tienen que hacer. Dile que antes de empezar a hacer un ejercicio es importante saber qué es lo que nos pide. Primer paso, leer el enunciado, segundo paso, comprender lo que nos está pidiendo que hagamos, y tercer paso, empezar a hacerlo desde el principio.
  4. ¿Para qué hacerlos?: muchas veces los niños no hacen los deberes porque no saben lo que implica hacerlos o no hacerlos. Explicale que hacer los deberes le ayudará a poder entender las cosas y poder hacerlas él el día de mañana. Si el niño es muy pequeño no le expliques que es para poder trabajar el día de mañana puesto que eso es a largo plazo. Dile que dar esos pequeños pasos haciendo los deberes bien supondrá obtener buenas notas y un gran paso, que será pasar de curso junto a sus compañeros.
  5. Participa: participa con él ayudándolo a hacer los deberes. Que él también te vea interesada/o e implicado/a en su trabajo. Intenta que lo haga solo sin tú hacer parte de su trabajo para que pueda resolverlo por sí mismo/a. Sé accesible y atento/a a cualquier duda, que no se sienta solo y que sepa que tiene a alguien a quien preguntarle. Si te pide ayuda enseñale cómo se hace con otro ejemplo. El objetivo es que sepa comunicar lo que no entiende y que tenga autonomía para hacerlo por sí mismo, de modo que no dependa de que otro se lo realice.
  6. Hazlo un juego: hacer que los deberes sean algo divertido no es fácil, pero podéis hacer una competición amistosa a ver quien lo hace mejor o más rápido. Ve haciéndolo a la par que él, no ve más lento/a para que no se sienta ansioso ni con presión. Indícale la importancia de hacerlo bien.
  7. Motívale: mientras lo haga dile que es todo un campeón o una campeona por hacer los deberes. Exprésale lo contento/a que estás porque los haga. Al terminar un ejercicio, antes de que haga otro, revísalo y si lo ha hecho todo correcto, dile lo fabuloso que se le ha quedado y lo bien que lo está haciendo. Estas pequeñas palabras alentadoras hacen que el niño tenga muchos más ánimos para seguir haciéndolos.
  8. Prémiale/a: en lugar de castigarle porque no haga los deberes, prémiale cuando los haga. La conducta se rige por la recompensa, pero hay que hacerlo bien. Es decir, no le digas que el premio es ver los dibujos animados y le apagues la tele mientras los estaba viendo. El premio tiene que ser algo simple, un pequeño detalle del día a día que al niño le guste y le llame la atención. A veces surgen ocasiones que se pueden aprovechar como premio motivador, por ejemplo una excursión.  Evitar los regalos materiales como los juguetes, ya que se pueden volver una costumbre y al final el niño los desvaloriza. Cuando obtenga su premio, recalcale en cómo y porqué lo ha conseguido.
Cada niño/a es un mundo, atiende a esas cosas que a tu hijo/a, nieto/a, sobrino/a o hermanito/a le determinan a la hora de hacer los deberes. Ante todo motivar es un aspecto muy importante.



¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha gustado el post? Puedes seguirme en facebook: "Psicóloga Raquel Ribes" y en twitter: @psicologaribes, o en Google + recibirás todas las actualizaciones. ¡Feliz día! :)

Copyright © 2014 Los engranajes de la Psicología

Distributed By Blogger Templates | Designed By Darmowe dodatki na blogi