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sábado, 21 de enero de 2017

EL DÍA QUE CONOCÍ A UNA EXTRAÑA

Un día me desperté, y cuando fui al baño una extraña me miraba desde la otra parte del espejo…

¿Quién eres? – le pregunté.
Soy tú – me dijo con cara de asombro.
No, tú no eres yo… Yo soy diferente.
¿Diferente? Recapacita, no estás igual que siempre.


Me sentía confundida… ¿realmente esa era yo? No puede ser…


Los días siguientes fueron más raros porque esa extraña aparecía cuando menos lo esperaba y sentía que me perseguía por la calle, en cada reflejo, en cada fotografía... Me sentía incómoda, me sentía fuera de lugar…
Siempre que le dirigía la mirada, me hacía malas caras, su aspecto era lúgubre y sin vida, solía mirar al suelo, y además ella iba a la suya, como si el mundo no importara, como si yo no le importara… En ocasiones la veía más ausente, incluso triste, como si fuese a llorar de un momento a otro.

Los días se volvieron grises...

¿Esa extraña era yo?

¿Cuándo me había convertido yo en esa persona?

No podía creerlo… yo no quería estar así.

Entonces empecé a trazar un plan. Si esa era yo, o al menos la extraña insinuaba que lo era, le daría una vuelta de hoja para que fuese más lo que yo quería ser.

Oye. – le dije.
No me molestes. – me contestó de mala gana.
Me gustaría ayudarte.
¿Ayudarme? ¿Para qué? No servirá de nada.
¿Qué te ocurre?
Y a ti que te importa…
Dime ¿cómo te sientes?
¿Me ves con cara de querer hablar?
Creo que sería interesante.
No soy una persona interesante, así que pierdes el tiempo.
Pues yo sí que lo creo y además si no hicieras esas muecas de asco te podría ver la sonrisa alguna vez.
No me hace ninguna gracia esta broma.
Te hablo en serio.


Y tanto que lo hacía… Así que insistí y le insistí varios días. Ella era muy testaruda, cabezota y negativa. Se pensaba que tenía las ideas muy claras, pero a la mínima yo se las desmontaba. Tanto estuvimos hablando que terminamos por conocernos bien y se convirtió en mi mejor amiga.

Entonces, ella cambió…

Bueno, en realidad, las dos cambiamos, y nos lo pasábamos en grande. Nunca había tenido una amiga tan sincera y comprensiva.

Sin embargo, un día me levanté, miré en el espejo y ya no estaba.

En su lugar estaba mi reflejo…

Tuve entonces una sensación extraña…

¿Quién fue realmente? ¿Era yo?

Empecé a echarla de menos, no a la triste y apagada extraña, sino a la alegre y decidida que había conseguido llegar a ser.

Entonces, miré en el espejo, sonreí...

Y la vi…



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lunes, 25 de abril de 2016

PERDÓN POR LLORAR

“Los/as niños/as mayores no lloran”, “No llores que estas feo/a”, “Los hombres no lloran”, “No es nada, no llores por eso”, “No te enfades”, "Si tampoco es para tanto", “Big girls don’t cry”, “El que sonríe en lugar de enfurecerse es siempre el más fuerte” (Proverbio chino)…


Escuchando las frases anteriores, parece que al final tengamos que pedir perdón por sentir, porque mostrarse tal y como nos sentimos será sinónimo de inferioridad. ¿Tú que opinas?

Me da la sensación de que en nuestra sociedad acciones como llorar o enfadarse están mal vistas. Son clasificadas como “negativas”, pero lo que no sabemos es que privarnos de ellas es privar una parte de nosotros.

Sentir la necesidad de expresar las emociones y no hacerlo, es poner el freno a un coche que va a 200 por hora, y esto tiene sus consecuencias... explotar como una olla a presión. No solo ocurre con la tristeza o la ira, en ocasiones, ocurre incluso con la alegría. Hay personas que llegan a pensar que “no se merecen estar bien”, y cualquier atisbo de alegría lo ocultan, por el miedo a ilusionarse… Y esto, como no, provoca un gran malestar interno.

A consulta llegan muchas personas que les avergüenza llorar delante de los demás por miedo a mostrarse débiles o incluso para que las otras personas no se preocupen. Pero lo que no saben es que aguantarse no es sinónimo de fuerza. Somos humanos, y el llanto es una forma de liberación.

Que nadie te convenza de que llorar y/o enfadarse no sirven de nada. Ya que son parte de un proceso, que bien puede ser un duelo, un conflicto interno o externo no resuelto, una situación delicada, o simplemente, tan sencillo como que nos han o nos hemos hecho daño.

Las personas somos emociones y es importante expresar para poder pasar ese proceso de forma sana. La escritora Concepción Arenal (1820) ya decía que “el llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no se pueden decir con palabras”. Porque cuando no te permites soltar, es cuando ese sentimiento se puede transformar en tu peor enemigo: una emoción tóxica.

Parece que se cree que los psicólogos pretendamos que las personas vivan en un mundo “Happy Flower” con frases motivantes, expresando solo las emociones positivas, todos sonriendo, contentos y corazoncitos que salen de los ojos (“Positivismo: ¿Don’t worry be happy?”)… Pero no, somos realistas, y sabemos que las personas que buscan terapia lo que quieren es sentirse escuchados, entendidos y acompañados en su proceso, y no quieren oír las frases del principio que, tal vez, han estado escuchando toda su vida.

No podemos evitar sentir lo que sentimos cuando algo nos sucede, así que no te "obligues" a sentirte bien machacándote con frases como "debería estar bien" o "no tendría que quejarme". No hay que auto-engañarse de lo que uno siente. Aunque pintemos la mierda de rosa, mierda va a ser. No hay que disfrazarlo. La aceptación de una enfermedad, un conflicto sin resolver, la pérdida de algo o de alguien… Son procesos que no hay que ocultar ni disfrazar con sonrisas, sino que hay que aprender poco a poco a aceptar, y esto requiere de tiempo. 

¡Tenemos nuestro derecho a expresar los sentimientos! No nos transformemos en robots que ni sienten ni padecen.

De modo que, hoy grito a los cuatro vientos: ¡No pidas perdón por llorar! Llora, llora porque te da la gana, llora porque sientes y estás vivo/a. Siente como nunca y no te escondas. No te dejes llevar por los sentimientos, simplemente siente, que estás en tu derecho y puedes. 


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martes, 7 de abril de 2015

¿POR QUÉ A MI?

Desde que somos pequeños intentamos buscar explicación a cada una de las cosas que nos suceden, de hecho, todos pasamos por una etapa llamada “la etapa de los porqués” puesto que estamos en plena “investigación” de nuestro mundo y de lo que ocurre a nuestro alrededor. Queremos saber la causa de todo.


Cuando nos hacemos mayores, esta búsqueda de explicación en algunas personas no termina, y cuando les ocurre una desgracia se preguntan: “¿Qué me pasa, tendré mala suerte?”,“¿Es que soy un desastre?”, “¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?” es entonces cuando pensamos que el mundo está en nuestra contra y nos da mucha rabia.

Antes de continuar leyendo ten una cosa clara: tú no eres culpable de cada una de las cosas que ocurren a tu alrededor. Tampoco pienses que pasa por alguna razón o incluso que te lo mereces. Simplemente las cosas pasan y muchas veces son incontrolables, el objetivo es no buscar el POR QUÉ de las cosas, sino el CÓMO hacerles frente. Asimismo, cuando a varias personas les ocurre una misma situación se tiende a pensar: “¿Por qué yo he actuado así y él/ella no?”, “¿Por qué yo me siento así y él/ella no?"...


Todo ello tiene que ver con estos 5 aspectos que hay que tener en cuenta sobre nosotros mismos:
  • La educación: según la educación que hemos recibido durante nuestra vida a través de la escuela, los padres y familiares, aprendemos una forma diferente de ver el mundo y de adquirir conocimientos. Es por ello que la mayoría de las cosas, al igual que nuestra forma de actuar, las adquirimos por aprendizaje y por experiencia.
  • La personalidad: cada persona forja su personalidad y con ella una actitud frente a las situaciones. Por ejemplo: una persona tímida atenderá de forma diferente aquello que pasa a diferencia de una persona extrovertida, no es que una personalidad sea mejor que otra, son diferentes formas de proceder frente a una misma cosa.
  • La interpretación de las cosas: la interpretación de lo que sucede a nuestro alrededor tiene mucho que ver con cómo nos lo tomamos y cómo reaccionamos a ello. Es por ello que, cuando algo lo interpretamos como amenazante o negativo vamos a reaccionar de diferente forma que si de algo positivo se tratase.
  • Las creencias, valores e ideas preconcebidas: cuando nosotros tenemos forjadas unas creencias, unos valores y unas ideas, éstas conforman nuestra forma de ver el mundo, aquello que es justo y lo que no, aquello que tendríamos que hacer y lo que no, lo bueno y lo malo, lo que es correcto y lo que no, etc.
  • La atribución de un hecho: todas las cosas que nos suceden las atribuimos en interno o externo y en controlables o incontrolables, y en función de ello nos afecta de una forma u otra. Aquellas cosas que atribuimos de forma interna son aquellas que son de nuestra responsabilidad, a diferencia de las externas. Y aquellas que consideramos incontrolables son las que no podemos predecir que sucedan, a diferencia de las controlables. Por ejemplo: no es lo mismo decir: “el profe me ha suspendido matemáticas” que “he suspendido matemáticas”. Es decir, todo tiene que ver en si somos capaces de ver cuando somos responsables de ello y cuando no.
Cuando todo parece salir mal, pensamos que el mundo está "compinchado" para hacernos la "puñeta", pero no hay un complot, ni hay mala suerte, todo es cuestión de pensamiento y actitud. En terapia psicológica se suelen trabajar este tipo de pensamientos para que las personas dejen de ver ese acontecimiento como un muro, y empiecen a verlo como un puente al que tienen que hacer frente y atravesar.

Es por ello que, cuando una persona intenta siempre buscar el “porqué” ha pasado algo, puede dejar de hacer cosas por "miedo a" y llevarla a una gran desesperación que a largo plazo puede derivar en depresión. Por muy extraordinario que parezca, no existe un por qué concreto para cada una de las cosas que nos suceden, hay que verlo como un conjunto de acontecimientos y circunstancias.


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jueves, 19 de febrero de 2015

LUCHAR POR UN SUEÑO

“Mis padres no me apoyan”, “Mis amigos piensan que es una tontería”, “La gente que conozco dice que no saldrá bien”, “Mis compañeros dicen que es una locura” Entonces… ¿Cómo puede funcionar mi plan si nadie me apoya?.


Todos tenemos sueños. Pero muchos de ellos no son compartidos por las personas que nos rodean. Cuando tenemos una ilusión, una idea, algo que nos entusiasma y que nos gustaría hacer realidad, buscamos el apoyo de las personas que nos importan, pero en ocasiones no lo encontramos. Si nadie cree en nosotros... ¿Qué podemos hacer?


No dependas de la opinión de los demás: nos importa la opinión de los demás mucho más de lo que creemos, pero no podemos depender de ella a cada paso que damos. Tenemos que saber decidir por nosotros mismos, ser valientes y buscar alternativas realistas. Por que el sueño es tuyo, no de los otros.

No empieces la casa por el tejado: empieza por dar pequeños pero grandes pasos. ¿Quieres ser fotógrafo? Empieza por hacer sencillas y artísticas fotos de paisajes que te rodean y ponlas en las redes sociales ¿Quieres ser dibujante? empieza por pequeños bocetos y ponlos en páginas web artísticas ¿Quieres ser actor o tal vez cantante? puedes subir algún corto, sketch o covers y compártirlos en Youtube.

 Grandes empresarios empezaron desde abajo, como por ejemplo:
  • J.K. Rowling (la escritora de la saga Harry Potter) El libro fue enviado a doce editoriales, las cuales rechazaron el manuscrito.
  • Steve Jobs (el creador de Apple) empezó en el garaje de sus padres a diseñar los primeros prototipos de sus ordenadores. Así como Larry Page y Sergey Brin, quienes también en un garaje, en este caso alquilado, fundaron Google.
  • Quentin Tarantino (productor de cine) empezó como acomodador en los cines.

Miedo al fracaso: No tengas miedo al fracaso, si no se consigue al menos lo has intentado. Muchas veces empieza como un sueño, y en sueño se queda, en otras ocasiones, se cumple. Pero hay oportunidades que se presentan y es posible que no vuelvan. No te quedes con el gusanillo de saber qué habría pasado si lo hubieses intentado. A veces incluso en el transcurso se descubren cosas de las que aprendemos (Ver “aprender de los errores”)

Actitud: La actitud ante la vida es muy importante. La constancia, el esfuerzo, la perseverancia, la motivación y la ilusión es fundamental para seguir persiguiendo tu sueño. (visita el post ¿quieres automotivarte?) Una actitud positiva y abierta hacia las cosas, hacia las situaciones, hacia las personas, te permitirá ver las buenas oportunidades.


Planifica: piénsalo bien y tómate tu tiempo a la hora de tomar decisiones. Soñar es gratis, pero las acciones para conseguir ese sueño en ocasiones implican un coste económico. Conoce y establece tus límites dentro de tus posibilidades.

Visualiza: coge una hoja y haz una línea horizontal en forma de flecha, ésa será tu línea del tiempo. Ahora haz pequeñas marcas, cada marca es un paso que has dado en tu proyecto. Pon en cada marca con una palabra o frase lo que realizaste para el proyecto, (por ejemplo: consigo hacer las primeras líneas del boceto, o “escribo el primer capítulo”). Después, pon el punto en el que te encuentras ahora y más adelante los próximos pasos que quieras dar. Sé realista, tal y como hablamos en “La cajita de los deseos” y mantén cerca esa hoja, te permitirá visualizar cada avance.

No te rindas: Demuestra que tú puedes. Todos tenemos nuestro momento de bajón. Leer este post en esos momentos en los que te encuentres perdido, sin saber qué rumbo escoger, si seguir o abandonar, hace que tomes conciencia de dónde te encuentras y a dónde quieres llegar. Lo importante es no desistir porque si algo te apasiona, lucha por ello, porque no sabes hasta dónde puedes llegar si tu mismo te pones las barreras.

Película recomendada: "En busca de la felicidad".
Vídeo para reflexionar: (AQUÍ)

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jueves, 15 de enero de 2015

"TENGO UN NUDO EN LA GARGANTA"


Seguro que alguna vez habéis sentido un nudo en la garganta muy molesto que os impide tragar con normalidad. Este “nudo”, también llamado bolo histérico, supone una de las somatizaciones más frecuentes de nuestro estado de ánimo. En nuestro día a día sufrimos por situaciones, tenemos conflictos y nos preocupamos por aspectos a los que no encontramos solución, este tipo de preocupaciones se derivan en somatización, es decir, el cuerpo expresa de forma orgánica ese malestar. Al igual que el nudo en la garganta, otras de las somatizaciones más frecuentes suelen ser: el dolor de cabeza, el nudo en el estómago y dolor de barriga.

Este tipo de dolencias, al ser físicas, no se suele pensar en que su origen puede también ser psíquico, de modo que tenemos la mala costumbre de recurrir a lo físico como: “me habrá sentado mal la comida”, “igual tengo un virus”, “tendré acidez por haber comido demasiado”, etc. Y como tal, tendemos a solucionarlo con una pastilla o con algún remedio, y aunque se nos pase el “efecto” físico, lo emocional no ha sido resuelto dentro de nosotros.


¿Qué ha podido causar ésta molestia?

Conocer las causas que pueden provocar este tipo de molestias pueden ayudarte a comprender mejor su manifestación. En este caso te lo puedo resumir con una palabra: ansiedad. Aunque no hayas estado expuesto a ese problema, puedes haber visualizado la situación o haber tenido pensamientos negativos y angustiantes. Esto crea una ansiedad anticipada, que es una de las mayores causas de este tipo de somatizaciones.

¿Cómo puedo evitarlo?
  • Céntrate en el presente: ésta es la principal arma contra la ansiedad anticipada, y es que adelantarse a lo que puede venir nos supone una angustia que podemos evitar centrándonos más en el aquí y ahora (ver post "nuestro piloto automático")
  • Enfréntate a tus miedos: Toma conciencia de tus miedos y desarrolla nuevas estrategias para luchar contra ellos, que éstos no puedan contigo, ¡tú tienes el control! ;)
  • Saca tus emociones: en ocasiones nos callamos por no entrar en conflicto, nos reprimimos por no llorar, nos aguantamos la risa, nos enfadamos y no lo expresamos, etc. todas estas limitaciones que ponemos en nuestras emociones se acumulan dentro de nosotros. Encuentra tu momento y grita tan fuerte como quieras, llora, rie, baila, dale fuerte a una almohada y descarga toda esa energía acumulada. Dile a esa persona todo aquello que te gustaría decirle o escríbelo en una carta y quémala para siempre, el objetivo es que salga de tí.
  • Tomate un respiro: en nuestra sociedad solemos experimentar estrés de forma habitual (ver post "el estrés un triturador"), es por ello que, darse un tiempo para uno mismo y relajar el cuerpo aliviando tensiones innecesarias nos ayuda a recuperar esa salud que tenemos abandonada.

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lunes, 11 de agosto de 2014

APRENDER DE LOS ERRORES


Tendemos a considerar que errar está mal.

Los errores son malos en la medida en la que, en primer lugar, no nos responsabilizamos de ellos y, en segundo lugar, no vemos en ellos una oportunidad de aprender.

Es importante centrarse más en el CÓMO que en el PORQUÉ, puesto que muchas veces no existe explicación concreta. Puede ser debido a un cúmulo de estados y/o sucesos. Pero sí podemos atender a cómo se ha llegado a ello.

Algunas personas tienden a atribuir sus fallos a los demás o a cosas que escapan a su control. Éste tipo de personas no llegan a aceptar su error y esto les acarrea problemas con las otras personas implicadas. Hay otras personas que suelen atribuir todos los errores a sí mismas. Estas personas llegan a sentirse culpables y mal consigo mismas. Además pueden llegar a pensar que “todo lo que hacen lo hacen mal” sobre todo cuando llevan una mala racha.

De modo que es importante quedarse en un término medio en el que uno mismo acepte los errores en la parte en la que sabe que ha influido para que suceda. Quedarse en el “y si…” nunca funciona, sólo te martiriza y te consume, ya que no se puede saber que “hubiese sucedido si…”.


La mayoría de las cosas las aprendemos por ensayo y error. Nadie dice que sea fácil, pero quizás para que suceda algo nuevo has de hacer algo que aún no has hecho, o dejar de hacer algo que has estado haciendo. Por ello, para, escucha y mira cada uno de los pasos que has dado y después cada una de las partes que han sucedido. No desistas, en ocasiones por miedo a errar dejamos de hacer cosas o no lo intentamos. Pide ayuda si te sientes perdido/a, cuatro ojos ven más que dos.

Como anécdota, algunos de los grandes inventos que han triunfado en nuestra sociedad fueron descubiertos por error. Aquí os dejo tres de ellos:

  • La sacarina: Unos químicos trabajaban en un derivado del alquitrán cuando pararon a almorzar. Sin lavarse las manos empezaron a comer notando que la comida en sus manos era dulce.
  • El superpegamento: Se estaba trabajando en una nueva especie de plástico, y en uno de esos intentos fallidos salió una sustancia que era extremadamente pegajosa.
  • El marcapasos: Un profesor de ingeniería quería fabricar un dispositivo que pudiese grabar el ritmo cardiaco. Pero por error el aparato empezó a emitir una serie de impulsos eléctricos semejantes a los ritmos cardiacos.

Si los descubridores de estos inventos no hubiesen visto en ese error la oportunidad de que fuese útil, quizás a día de hoy no se hubiese hecho uso de ellos.

Asimismo, aceptando nuestros errores igual no descubrimos un nuevo invento, pero sí una pauta que nos sirva para nuestro crecimiento personal ;) Quédate con lo útil, soluciona ese error y sé valiente.




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jueves, 24 de julio de 2014

¿POR QUÉ CUANDO ESTOY TRISTE ME ACUERDO DE TODO LO MALO?




Seguro que alguna vez te ha pasado que cuando te encuentras triste te viene a la mente todo lo triste que te ha pasado en la vida. Incluso llegas a rebuscar en tus propios recuerdos, en fotos, películas, videos, etc. retroalimentando esa tristeza.

Esto nos ocurre porque estamos inmersos en la emoción y la vivimos de forma tan plena que contactamos con aquellos momentos en los que hemos pasado por esa misma sensación. Nuestro cerebro, que ha guardado esos momentos de nuestra vida, los ha asociado a ciertas sensaciones y emociones, de modo que al volver a revivir sucesos que nos inducen a esa misma emoción, reactiva esos recuerdos guardados. 


El hecho de escuchar canciones y mirar películas que nos inducen más a esa emoción, supone una capacidad de poder sentir en ese momento la película con todo su esplendor, contactando con el filo del drama y viviendo el film de forma intensa. Nuestro cerebro es listo, sabe que viendo una película de drama estando feliz no vamos a conectar igual que si estamos tristes. Además, realizamos esto por empatía. Sabemos que si acabamos de sufrir una ruptura o estamos en proceso de duelo, escuchar canciones y ver películas sobre ello, en dónde las personas pasan por esa misma situación, nos sentimos identificados y en cierta forma entendidos.

Cabe decir que llorar ayuda a canalizar ese sentimiento interior. Llorar no te convierte en débil, es una forma natural de sacar nuestras emociones, y muchas veces se necesita llorar, ya sea por tristeza, dolor, impotencia, alegría o miedo. 

Así que llora, ríe, grita, vive las emociones de forma plena, pero siempre con cabeza. Hay que saber cuándo ese suceso ya no se encuentra en el presente y ya es parte del pasado. No digo que sea fácil, pero ¿qué te aporta estar viendo la misma película todos los días?




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