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sábado, 29 de agosto de 2015

DIME CÓMO SON TUS VACACIONES Y TE DIRÉ CÓMO ERES

Algunos aún estaréis esperando el día para iros de viaje, otros no queréis pensar en la vuelta a la rutina, y en cambio quizás otros ya habéis pasado por vuestras vacaciones y la rutina está a la orden del día. ¿Para ti que son las vacaciones? ¿Es conectar o desconectar? ¿Cómo las vives? ¿Sabes que según cómo son tus vacaciones pueden decir mucho de ti?


Desde mi punto de vista se pueden distinguir 4 tipos de vacaciones, igual alguna de ellas te resulte familiar.

Vacaciones estresantes

Son esas vacaciones que provocan dolor de cabeza y te entra un malestar en el cuerpo antes incluso de haberlas empezado. Sólo con los preparativos, los planes y las reservas, nos llevan a un estrés que desearíamos no haberles cogido. Llegas al destino y ya sea porque el mundo está en contra tuya, las cosas no han salido cómo esperabas, o tienes que hacer frente a un montón de imprevistos, que terminas odiándolas en su gran parte. ¡Qué estreeees! Estas vacaciones son vividas por personas que les gusta ser muy precavidas y tenerlo todo bajo su control.

Vacaciones aventura

Son esas que has “medio-planeado” y “medio-improvisado”, no sabes cómo van a salir pero tienes esos nervios por saber qué te depara. Es ese viaje con el que vives muchas cosas, conectar con otro mundo, descubres lugares nuevos, te planteas tantas cosas, vives tantas situaciones, conoces personas, y quizá vuelves hasta con otra mentalidad o quizás con nuevos objetivos en tu vida. Estas vacaciones suelen ser vividas por personas que les gusta salir de su zona de confort, no soportan la rutina y les gusta experimentar nuevas sensaciones.

 Vacaciones “desconexión total”

Son esas vacaciones con las que te olvidas directamente del mundo, se sientes “libreeeeee” desconectas el móvil, bien por voluntad, bien porque a dónde vas no hay cobertura (adiós whatsapp). Te relajas, vives el momento sin pensar en la vuelta, se pasan tan rápido que ni te enteras de qué hora y día es. Estas vacaciones son vividas por personas que saben encontrar la forma de desconectar de sus problemas, viven el presente. “Don’t worry be happy” 

Vacaciones “quiero y no puedo”

Son esas vacaciones con las que quieres y deseas disfrutar, encuentras tus momentos de relax pero por X o por Y no lo consigues. Ya sea porque antes de irte has tenido un marrón, la situación te ronda la cabeza y no te deja desconectar, bien porque alguien te está fastidiando las vacaciones in situ o por teléfono (sobretodo si es alguien del trabajo), o bien, directamente porque sigues haciendo trabajo llevándote el ordenador. Estas vacaciones son vividas por personas que son trabajadoras empedernidas, tienen el lema de "lo que puedas solucionar hoy no lo hagas mañana".


No es de extrañar que según cómo sean nuestras vacaciones pueden indicarnos cómo es nuestro actual ritmo de vida, nuestras prioridades, la forma en la que nos abrimos a la experiencia o cómo aprovechamos nuestro tiempo libre. Además, la forma en la que vivimos nuestras vacaciones influye directamente en nuestro bienestar emocional. Fíjate, tus vacaciones dicen mucho de ti, y pueden darte pistas para cambiar tu vida. Esto son ejemplos, pero cada uno vive las vacaciones a su manera.

Aún así, sean como sean nuestras vacaciones, seguro que de cada una de ellas podemos sacar una conclusión: a planificar mejor o a improvisar, a no dejarnos eso que habíamos pensado en casa, a no traernos eso que no nos ha servido para nada, a viajar sólo, a viajar acompañado, a saber dónde ir o qué hacer la próxima vez… es decir, aprendemos algo nuevo. Quizá no todas las vacaciones sean buenas, o malas, pero sí que podemos sacar un aprendizaje nuevo de cada una de ellas.

Y tú, ¿cómo son tus vacaciones?

¡Gracias por leer Los engranajes de la Psicología! ¿Te ha parecido entretenido el post? Puedes seguirme en Twitter: @psicologaribesFacebook: "Psicóloga Raquel Ribes", o en Google + y estarás al corriente de todas las actualizaciones. Para cualquier duda estoy on-line y de forma física en la red de psicólogos en Gandia (Valencia, España). ¡Feliz día! :)

lunes, 25 de mayo de 2015

LOS 4 PENSAMIENTOS MÁS DESTRUCTIVOS

Tenemos barbaridad de pensamientos al día. Algunos son conscientes, es decir, nos damos cuenta de ellos; y otros son inconscientes o automáticos, es decir, son tan fugaces que ocurren sin darnos cuenta, suponen mili-segundos, pero nos afectan más de lo que creemos. 


Cuando a un pensamiento se le da demasiada importancia se llega a convertir en un hábito. De esta forma, si el pensamiento es negativo puede desencadenar un mal hábito de pensamiento. Imagínate que, desde que te levantas hasta que te acuestas, tienes un megáfono diciéndote lo mal que lo haces todo, lo torpe que eres… ¿Cómo te sentirías? Es posible que nos sintiésemos tristes, apáticos, o incluso enfadados ¿verdad? Lo que no tenemos en cuenta es que el cómo nos sentimos depende de nosotros mismos. No obstante, con este ejemplo, el megáfono se encuentra fuera, por lo que seríamos más conscientes de su presencia, pero imagínate que ocurre lo mismo pero dentro de nuestra cabeza, la mayoría de las veces de forma automática, inconsciente y por ello, más difícil de detectar. Qué tortura ¿no? Pues esto ocurre más de lo que se piensa.

Es por ello que en este post quería daros a conocer los 4 hábitos de pensamiento más destructivos:
  • La generalización: “no valgo para nada”, “toda mi vida es un asco”. Usar términos absolutistas como “nada”, “nunca” o “siempre” y generalizarlos en nuestra vida, nos limita a la hora de buscar oportunidades y aprovechar nuestra valía. Reflexiona un momento: ¿Realmente nunca haces nada bien? ¿Realmente toda tu vida ha sido un asco?
  • Las etiquetas: “soy un desastre”,” soy un/a vago/a”, “soy un/a tonto/a”... ¿Sabes qué ocurre cuando nos etiquetamos a nosotros mismos? Que al final nos lo creemos. Por ello es importante quererse para seguir adelante y no creernos algo que no somos. No digo que en ocasiones se tenga una conducta torpe o vaga, pero es eso, la forma de actuar, no hay que aplicarlo a la forma de ser.
  • La visión catastrófica: “ya verás como no me saldrá bien”, tener una visión negra de nuestro porvenir o de cómo nos va a surgir, es adelantarse de forma innecesaria a los acontecimientos. No contribuyas a que salga mal con tu mala actitud, vista al frente y adelante :)
  • La autoexigencia: los “debería” o los “tendría que”. Cuando nos exigimos demasiado a nosotros mismos dejamos paso al estrés, la ansiedad y el sufrimiento. Por ello es importante centrarse en el “quiero” y en el “puedo” y dejar el “tengo”. Cuando nos imponemos algo como una obligación al final no se realiza con las mismas fuerzas y ganas.

Realmente no nos damos cuenta de que somos nosotros mismos quienes nos auto-criticamos y nos limitamos en muchas ocasiones, y ésto puede afectar gravemente a nuestra autoestima, llegando a ser víctimas de nuestras propias acusaciones. No tenemos que culparnos por la forma en la que pensamos, es aprendido y forma parte de las experiencias que vivimos; pero darse cuenta de ellos es el primer paso para el cambio.

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lunes, 20 de abril de 2015

NIÑOS CON ANSIEDAD: Señales y actuación

Cuando aparece ansiedad durante la infancia o adolescencia es un claro signo de que algo en el niño o la niña le está perturbando emocionalmente. Los padres o tutores, son el pilar fundamental de los niños durante su crecimiento, son las personas que tienen como referencia para aprender formas de reaccionar y enfrentarse al mundo.


Si los padres del niño o niña son ansiosos, esa ansiedad pueden transmitirla al niño con ciertas frases como: “no te subas ahí que te harás daño”, “hoy no saldremos de casa que hace mal tiempo y nos puede caer un rayo”, “dámelo, que tú no vas a poder”, “con el viento que hace si nos cae algo en la cabeza…”, y créeme, esas frases pueden afectarle hasta en la vida adulta.

Está claro que proteger a los hijos es algo esencial, no se quiere que les pase nada, pero, es importante que experimenten también por su cuenta, que investiguen, se caigan, que vean que no hay que vivir con miedo. Es por ello que la sobreprotección hacia los hijos favorece la aparición de ansiedad. Al igual que otras actitudes como el conformismo, la impaciencia o la excesiva perfección, promueven que el niño en futuras situaciones no se vea capaz de afrontar las dificultades por si mismo.

¿Qué señales podrían indicar que el/la niño/a sufre ansiedad?
  • Temor a encontrarse solo (no quiere ir al colegio o a dormir a la cama).
  • Llora con frecuencia o se encuentra triste.
  • Se muerde las uñas, le sudan las manos o mueve las piernas y manos.
  • Le suele doler el estómago o la cabeza.
  • Se encuentra irritable o tiene rabietas.
  • Tiene dificultades para concentrarse
  • Es muy perfeccionista en sus tareas y se preocupa en exceso.
  • Se asusta con facilidad.
  • Duda mucho, es muy indeciso.
  • Le causa mucha vergüenza o especial reparo relacionarse con los demás.
  • Se levanta con sobresalto y tiene muchas pesadillas.
  • Necesita ir acompañado a cualquier sitio.
  • Renuncia a realizar actividades que le gustaban.

¿Cómo actuar ante la sospecha de ansiedad en el menor?

Es importante contactar cuanto antes con un profesional de la psicología que posea conocimientos acerca del tratamiento de la ansiedad, para que pueda trabajar tanto con los padres como con el niño en pautas y estrategias para afrontar su malestar.

En el caso de los padres, las estrategias se enfocarán a la hora de indicar qué frases y actitudes favorecen una mejor respuesta del niño en el entorno. Además, lo importante es que los padres sepan proporcionarle al niño varias opciones de respuesta para que pueda aprender de sus errores y de sus acciones. En el niño, el trabajo fundamental será en su autoestima, su autoconcepto y sus habilidades sociales. No obstante, éste es un trabajo que no sólo recae en el profesional, sino también dependerá de la colaboración de los más allegados.


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jueves, 15 de enero de 2015

"TENGO UN NUDO EN LA GARGANTA"


Seguro que alguna vez habéis sentido un nudo en la garganta muy molesto que os impide tragar con normalidad. Este “nudo”, también llamado bolo histérico, supone una de las somatizaciones más frecuentes de nuestro estado de ánimo. En nuestro día a día sufrimos por situaciones, tenemos conflictos y nos preocupamos por aspectos a los que no encontramos solución, este tipo de preocupaciones se derivan en somatización, es decir, el cuerpo expresa de forma orgánica ese malestar. Al igual que el nudo en la garganta, otras de las somatizaciones más frecuentes suelen ser: el dolor de cabeza, el nudo en el estómago y dolor de barriga.

Este tipo de dolencias, al ser físicas, no se suele pensar en que su origen puede también ser psíquico, de modo que tenemos la mala costumbre de recurrir a lo físico como: “me habrá sentado mal la comida”, “igual tengo un virus”, “tendré acidez por haber comido demasiado”, etc. Y como tal, tendemos a solucionarlo con una pastilla o con algún remedio, y aunque se nos pase el “efecto” físico, lo emocional no ha sido resuelto dentro de nosotros.


¿Qué ha podido causar ésta molestia?

Conocer las causas que pueden provocar este tipo de molestias pueden ayudarte a comprender mejor su manifestación. En este caso te lo puedo resumir con una palabra: ansiedad. Aunque no hayas estado expuesto a ese problema, puedes haber visualizado la situación o haber tenido pensamientos negativos y angustiantes. Esto crea una ansiedad anticipada, que es una de las mayores causas de este tipo de somatizaciones.

¿Cómo puedo evitarlo?
  • Céntrate en el presente: ésta es la principal arma contra la ansiedad anticipada, y es que adelantarse a lo que puede venir nos supone una angustia que podemos evitar centrándonos más en el aquí y ahora (ver post "nuestro piloto automático")
  • Enfréntate a tus miedos: Toma conciencia de tus miedos y desarrolla nuevas estrategias para luchar contra ellos, que éstos no puedan contigo, ¡tú tienes el control! ;)
  • Saca tus emociones: en ocasiones nos callamos por no entrar en conflicto, nos reprimimos por no llorar, nos aguantamos la risa, nos enfadamos y no lo expresamos, etc. todas estas limitaciones que ponemos en nuestras emociones se acumulan dentro de nosotros. Encuentra tu momento y grita tan fuerte como quieras, llora, rie, baila, dale fuerte a una almohada y descarga toda esa energía acumulada. Dile a esa persona todo aquello que te gustaría decirle o escríbelo en una carta y quémala para siempre, el objetivo es que salga de tí.
  • Tomate un respiro: en nuestra sociedad solemos experimentar estrés de forma habitual (ver post "el estrés un triturador"), es por ello que, darse un tiempo para uno mismo y relajar el cuerpo aliviando tensiones innecesarias nos ayuda a recuperar esa salud que tenemos abandonada.

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miércoles, 26 de noviembre de 2014

10 BENEFICIOS DE QUERERSE A UNO MISMO


La autoestima es el afecto o estima hacia uno mismo, y el autoconcepto, es entendido como los conceptos o características que uno se atribuye, es decir cómo nos vemos a nosotros mismos. 

Una buena autoestima y un buen autoconcepto produce beneficios en la persona a corto y largo plazo en todos los ámbitos de su vida. Como puedes ver, no hablo de “alta” autoestima, ni “alto” autoconcepto, puesto que algo que sea considerado como “alto” o mayor que, no implica que sea saludable. Puesto que por quererse a uno mismo, no se pretende definir a un afán de egocentrismo, ni protagonismo, ni de superioridad, ni de chulería. Sino de quererse de forma sana tal cual uno es, con sus defectos y sus virtudes. 

Y es que en la medida en que una persona se valore, podrá darse la oportunidad de demostrar que vale.


Hoy he recopilado 10 beneficios que una persona puede obtener al quererse a si misma:

  • Mayor seguridad. La seguridad en uno mismo es muy importante, ayuda a enfrentarse a situaciones por las que uno necesita defender su postura sin tener que huir ni esquivar. Nos ayuda a enfrentarnos a nuestros miedos.
  • Mayor autonomía e independencia. El quererse a uno mismo hace que las personas se sientan menos predispuestos a depender de la ayuda de los demás a la hora de tomar decisiones. Que no se sientan en la necesidad de depender de la opinión de otras personas para poder decidir.
  • Imagen positiva hacia los demás. Cuando uno se encuentra a gusto consigo mismo proyecta en los demás una imagen positiva, un entorno agradable que permite a los demás poder abrirse a él. De modo que también proporciona una mayor apertura hacia los demás a la hora de establecer relaciones.
  • Tenerse en cuenta y atender a las necesidades que uno mismo quiere satisfacer. El escucharse dentro de sí mismo, lo que uno reamente quiere en su vida, es esencial para poder encaminar tu vida hacia los objetivos que te hacen estar feliz.
  • Tener más confianza. El tener más confianza en uno mismo, ayuda a que la mayoría de preocupaciones banales se desvanezcan, de modo que aumenta la tranquilidad mental y disminuye el estrés y ansiedad innecesarios.
  • Exprimir las capacidades. Cuando uno mismo cree que puede es suficiente para poder arriesgar y probar. Porque todos podemos llegar a ser más de lo que pensamos, y es cuando uno mismo se centra en aquello que se le da bien y lo potencia, cuando puede llegar a desarrollar muchas habilidades que tenía dormidas.
  • Valorar aquello que se hace aunque sea poco. Cuando una persona se infravalora o subestima, aquello que hace poco le parece, sobretodo aquellas personas que llegan a autoexigirse. Aquella que tiene un aprecio sano de sí mismo, valorará aquellos pasos que da, por muy lento que vaya o por muy poco que haga.
  • Ver el error  como una forma de aprendizaje. Cuando confiamos en que aquello qué hacemos lo podemos hacer mejor, cada uno de los errores no se consideran como consecuencia a una falta de valía sino a una falta de aprendizaje. (Ver post sobre cometer errores)
  • Mayor predominancia de pensamientos positivos. Cuando una persona se siente bien consigo misma, hay más probabilidad de que en su mente predominen pensamientos positivos. Estos pensamientos son los que muchas veces determinan el que una misma cosa sea percibida como algo negativo y que nos puede hacer daño, o que sea percibido como indiferente o positivo.
  • Mayor apertura a la experiencia. El tener un autoconcepto sano nos permite aventurarnos en nuestro mundo hacia nuevos retos, nuevos objetivos, nuevas metas, y abrir la mente a la creación de nuevas ideas con expectativas realistas.
Se dice que para poder dar amor, primero ha de amarse uno mismo. Muchas veces es complicado puesto que la paradoja se encuentra en que si no se recibe amor, el amor hacia uno mismo se puede atenuar. No obstante, hay que tener en cuenta que en la medida en que nos damos la oportunidad de amar, podremos fomentar esos sentimientos en otras personas.


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lunes, 28 de julio de 2014

ESTRÉS: UN TRITURADOR




El estrés, puede llegar a ser un gran triturador de la calidad de vida de las personas. Y es que estar continuamente estresados, nos acaba pasando factura.

En nuestra cultura es inevitable, vivimos en una sociedad en la que continuamente miramos el reloj, en la que vamos de aquí para allá siempre con prisas, con los minutos, horas, días e incluso meses contados. Todos corriendo. Y cuanto más grande sea la ciudad en dónde vivas, más grande será el tráfico, más gente que te empuja, sales del metro y no te dejan salir por querer entrar, se saltan los semáforos, etc. Y es que no lo podemos negar, llegamos a ser impacientes y vivimos con ansia.



Así es nuestro “pequeño mundo”, en el que cuando te lo pasas bien vives el momento y no miras el reloj y, cuando te das cuenta, parece que alguien haya adelantado la hora; y cuando lo pasas mal, lo miras 100 veces y la maldita varilla parece no querer moverse.

Cuando leemos, contamos las hojas que nos faltan, en el trabajo, contamos las horas que faltan para terminar, no dormimos tranquilos, e incluso el comer se vuelve una competición a contrarreloj.

Por ello desde aquí hago un llamamiento a esos relojes cuya varilla no se traba, porque su dueño disfruta del momento y vive el presente. Y aunque no podamos cambiar nuestra cultura, sí podemos adaptarla a unos nuevos hábitos de vida. Porque en ocasiones es necesario parar y desconectar. Aunque la mente continúe funcionando y al cuerpo le resulte extraño, para y respira hondo, no te autoexijas. Porque muchas veces nos olvidamos de lo más importante: tenerse en cuenta a uno mismo.



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