Este no es un post en el que se
quiera defender el no comer carne ni pescado o en el que intente convenceros
de haceros vegetarianos, sino que más bien es un post focalizado en el proceso emocional por el que pasan las personas
vegetarianas.
En una sociedad consumista de
carne, cuando alguien quiere cambiar drásticamente su alimentación, ¿Cómo se
siente consigo mismo y con su alrededor? ¿Qué les ocurre a los vegetarianos? ¿Cómo
les afecta todo este proceso a nivel emocional?
A corto plazo es muy duro,
pensemos que estamos en una sociedad en la que no se encuentra tan preparada
para acoger a personas que no quieren comer carne ni pescado. La comida
“especial”, es más difícil de encontrar y, además, su precio se dispara por las
nubes.
Es por ello que los vegetarianos
se pueden llegar a sentir a corto plazo:
- Incomprendidos: Sienten que tienen que dar siempre explicaciones ante la comida y ante lo que quieren comer. Perciben que a la gente no le vale un “NO” como respuesta, sino que quieren un porqué. La gran mayoría de la gente que los rodea son omnívoros, y las miradas de “bicho raro” se hacen presentes, y se pueden llegar a sentir juzgados.
- Impotentes: los vegetarianos principiantes pueden llegar a sentir impotencia por no saber realmente qué comer, ya que todo lo que comían hasta ahora siempre llevaba algo de carne o pescado. ¡Hasta los típicos bocadillos que venden como “vegetales” llevan atún! Aprender a cocinar sin carne se vuelve todo un reto.
- Aislados socialmente: Cuando estamos en una comida familiar o cuando vamos a comer con amigos a un bar, es raro no encontrarte en los platos alguna pieza de carne o pescado. Incluso en ocasiones, buscar una ensalada completa sin carne, un plato que parece tan fácil, muchas veces se vuelve una odisea. Es por ello que los vegetarianos optan al final por no acudir a algunos eventos.
- Desmotivados: encontrar platos que te lleguen a gustar y que sean poco laboriosos a veces resulta complicado. Las personas que están empezando a ser vegetarianas, si usan siempre los mismos ingredientes se pueden aburrir o incluso desmotivar a la hora realizar sus platos. Es por ello que pueden empezar a comer mal, y que al final tiren la toalla.
- Presionados socialmente: pueden llegar a sentir miedos debido a lo que escuchan de la gente como: “no te vas a alimentar bien”, “te faltaran vitaminas”, “te morirás de hambre”, “la carne es necesaria en la alimentación”, “te pondrás enferm@”... son típicos mitos que se creen por ignorancia, pero que distan de la verdad.
Sin embargo, aquellas personas
que consiguen romper con esos baches iniciales dentro del proceso, a largo
plazo:
- Sienten más seguridad, motivación y confianza en sí mismas: llegar a cambiar un hábito alimentario que ha sido inculcado desde pequeño no es fácil, y conseguirlo es todo un logro. Esto anima a ponerse muchas más metas en el futuro, porque saben que son capaces de cumplir sus objetivos y luchar por aquello que creen y desean. Ya que, cuando nos ponemos un objetivo, hace que tengamos una motivación para poder seguir adelante y esforzarnos cada día. Está claro que, como cualquier objetivo, habrá temporadas en las que sientas que lo quieres dejar, pero no hay mejor satisfacción que conseguir aquello que te propusiste.
- No necesitan la opinión de los demás: han estado durante meses escuchando de varias personas las típicas frases sobre comer carne y pescado. Pero no se han dejado llevar por lo que les han dicho. Aprenden que, lo que los demás piensan no siempre es lo correcto. Hay que tener criterio propio y no dejarse guiar por lo que los demás piensan. Es por ello que son menos susceptibles y no se dejan llevar por el consumismo.
- Explotan su creatividad: cuando la comida “compuesta”, como son las hamburguesas de verduras o croquetas de venta, es cara o más difícil de encontrar, ¡los vegetarianos se ponen manos a la obra! Descubren nuevas combinaciones de sabores, nuevas mezclas y nuevas recetas que crean ellos mismos con facilidad y con ingredientes que tienen a mano. ¡La creatividad está en el aire!
- Más responsables y empáticas: la persona se vuelve más responsable en dos sentidos: en primer lugar, en relación con el medio ambiente; y en segundo lugar. consigo misma, ya que el tener una responsabilidad como es seguir una dieta y hacerse una comida más elaborada, ayuda a que la persona sea más autónoma. Además, se aumenta la empatía y conciencia emocional hacia lo que ocurre a nuestro alrededor, como es el derecho de los animales y la contaminación.
Está claro que hay excepciones,
no todo el mundo pasa igual por este proceso, ya que dependerá del apoyo que
encuentra a su alrededor por parte de familia, amigos y pareja, además del
esfuerzo y empeño que ponga en ello. También cabe destacar que no es lo mismo
ser vegano, que vegetariano, que ovo-vegetariano, que lacto-vegetariano… existen
muchas variantes, diferentes situaciones y diferentes personas.
¿Te ha parecido interesante este
post? Si eres vegetariano y estás cansado de no saber cómo responder ante las
críticas, o incluso de no saber cómo decir “NO” ante tanta insistencia, te
animo a que visites mis artículos: “CÓMO AFRONTAR LAS CRÍTICAS” y “CÓMO DECIR NO”, seguro que te son de ayuda.
¡Te espero en el próximo post! :)
Gracias. Por fin, alguien lo entiende.
ResponderEliminarLo más difícil no es dejar de comer carne, lo más difícil es lidiar con la gente. Siempre habrá terceros demandando explicaciones que no les competen, o tratando de hacernos volver a viejos hábitos, no porque se preocupen o les interese, sino por la mera "satisfacción" de ver nuestra voluntad quebrantada.
En mi caso, para bien o para mal, siempre he sido bastante necia y no permito que otros traten de disuadirme de mis convicciones, y eso, creo que me ha ayudado a ser fiel a mí misma, pero no por ello es menos frustrante. Así que, gracias. Qué bueno que al fin alguien se hizo esa pregunta. Gracias.
Me alegro de que te gustara el post! Gracias a ti por tomarte un momentito a leerlo y dejar constar aquí tu experiencia :) Saludos!
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